Descubrí la poesía de Tracy K. Smith en mi búsqueda de obras que respondieran al llamado de la poesía especulativa. En la editorial Graywolf Press, la portada es una bellísima imagen capturada por el telescopio Hubble de la Nebulosa del Cono. Sobre el tronco que forma la nebulosa el título del poema es más que evocador: Life on Mars. La portada, en ese sentido, está a la altura de su contenido. El poemario de Smith se divide en cuatro secciones, donde la voz poética va de cierto corte especulativo hasta el tono intimista en torno a la figura del padre y su ausencia. También explora situaciones cotidianas revalorizadas a partir de reflexiones cuyo centro imaginativo está siempre enfocado en la naturaleza.
El detalle está en que esta naturaleza no está asociada a nuestro mapa cognitivo usual: la naturaleza de Smith es la macro-naturaleza del cosmos, no la naturaleza terrestre. Este cambio de perspectiva, en ocasiones, crea distancias que trascienden la dimensión humana. Paradójicamente, esto permite a Smith situar al ser humano en proporción a una cadena que se pierde en el horizonte cosmológico de la razón. Uno de los motivos recurrentes del libro me parece que se cuestiona sobre lo que implica en la dimensión existencial humana una propiedad inherente al universo: la conservación. Para alguien mínimamente versado en física, esto le causará suspicacia. Cuando Smith dice “Silence taunts: a dare. Everything that disappears/ Disappears as if returning somewhere” o “What are they that move/ Through these rooms without even/ The encumbrance of shadows?” la autoconciencia de este punto muerto se vale del correlato científico (y especulativo) para marcar un terreno ignoto, un campo inexplorado.
¿Smith está explorando la noción de trascendencia? ¿De que nuestros muertos están en esa bagatela que los usureros venden como “energía”? No, porque Smith no es una vendehumos de baja calaña que viene a colmarnos de ese lenguaje que abunda hoy en todas partes: decir todo y nada a la vez. La precisión de sus poemas es la característica distintiva de esta poeta estadounidense, y esto es evidente en el poema ‘The universe as a primal scream’, que representa una verdadera declaración de intenciones en este sentido (ruego al lector leer ese poema y tener en cuenta el doble juego de perspectiva que propone Smith en tanto visión de lo micro a lo macro). La comparación de los gritos de los niños con la implosión del universo interior del sujeto lírico (y del universo como tal) no deja de tener por horizonte el punto muerto de la poesía en cuanto tal: no es música, pero tampoco es comunicación en sentido llano. La economía del lenguaje es magnífica hacia el final del poema:
Y arriba los niños todavía en grito,
Chirriando como el Amanecer del Humano, como si algo
Para lo que no tienen nombre hubiera comenzado
A insistir en nacer.
En esta pequeña traducción que presento, intento compartir mi lectura, que implica múltiples niveles de significado superpuestos: el sujeto poético menciona que arriba de donde él/ella vive, un par de niños grita y ese grito la hace estallar su propio ímpetu lírico cuando se cuestiona que quizá, con el decibelio mágico, se acerque el cielo heredado. Lo que desata este grito es tan amplio que el universo parece comprimirse; al final, una sugerencia queda en el aire como ruido de fondo: ¿no será el universo algo que insiste en nacer? Lo que está en el ánimo de los niños, en la imaginación del poeta, en el cifrado código del poema o en las estrellas que colapsan.
En su poemario Wade in the water Smith afila sus sentidos aún más: el juego que propone es otro universo, tan vasto como cualquier minúsculo átomo. Esta vez la carga temática de los olvidados en Estados Unidos se hace evidente y con ella los coletazos que hieren a las personas que resienten su golpe. Las voces se multiplican en este poemario, quien habla en el poema se vuelve un enclave donde lo anónimo o lo olvidado adquiere una tesitura para nuestro presente. En Wade in the water se tiene a una Smith en el pico de su arte creativo: la investigación, el collage, el armado del libro y su culminación como un guiño irónico, estamos ante un libro de ambiciones potentes.
Smith rescata las palabras de los afroamericanos (especialmente de los esclavos durante la Guerra Civil), pero más importante, rescata sus silencios, sus zonas de impotencia e incluso de llana contradicción. El poema que abre el libro (‘Garden of Eden’) es una deliciosa aleación del historial norteamericano: el fetichismo es la clave de este texto donde el Jardín del Edén está puesto como clave religiosa atravesada por la red de Supermercados enfocados en los servicios de comida. El poema (a mi parecer) culmen del conjunto es ‘I Will Tell You the Truth about This, I Will Tell You All about It’, no sólo por la labor de rescate de las cartas de los afroamericanos enlistados en la Guerra Civil, sino por el respeto a la dimensión del documento que muestra. Este poema (collage moderno donde los haya) se impone en una tesitura clara: le da igual cualquier pretensión estética, son palabras escritas (con sus faltas de ortografía y todo) desde el dolor y para el dolor. Son palabras que nos mueven en su desgarradura inherente y por su simple presencia.
La poeta laureada de Estados Unidos (2017-2019) no decepciona en ninguno de estos dos libros. En su plena madurez, es dudoso que cualquier obra futura pueda decepcionar a sus lectores.