Estaba en la página 335 de La isla bajo el mar cuando supe del terremoto en Haití el 12 de enero de 2010. Literalmente my corazón colapsó junto con muchos de los edificios en Puerto Príncipe y mis pensamientos y oraciones están con los muchos haitianos sufriendo ahora. Personalmente estoy un poco familiarizada con lo que significa perder una casa por un desastre. Sin embargo las pérdidas humanas están definitivamente fuera de mi espectro, aunque me solidarizo con Haití. La fuerza interna viene de maneras inimaginables y literalmente misteriosas.
La isla bajo el mar fue escrita por Isabel Allende y salió al público en agosto de 2009. Me enteré de ésta en septiembre y desde entonces he querido sumergirme en la novela. La isla bajo el mar fue originalmente escrita en español y espero esté pronto al alcance del público en su traducción al inglés u otros idiomas.
La isla bajo el mar es una novela que sucede en La Española a finales del siglo XVIII, enfocándose en la región de la entonces colonia francesa, hoy Haití. Estaba entusiasmada por crecer con Zarité, el personaje principal en la novela, al tiempo de aprender sobre la historia de La Española, en especial lo que actualmente es Haití. Por ejemplo, Haití fue la única colonia en América donde la revolución se llevó a cabo por los esclavos y triunfó.
No sólo aprendí de un contexto histórico general de lo que es Haití, sino que también exploré la experiencia personal del personaje ficticio principal, Zarité Sedella, a quien sin importar lo que suceda en su vida, se considera bajo la protección de su buena estrella. Zarité nació esclava y a la edad de nueve fue vendida como esclava doméstica a un nuevo dueño. Muy temprano en su vida, fue aconsejada por Honoré para que bailara en celebraciones tradicionales con tambores rítmicos en las noches de calenda, ya que, de acuerdo con Honoré, esclavo que baila es libre. “Baila, baila, Zarité, porque esclavo que baile es libre…mientras baila”. Ella había soñado con ser libre desde muy joven y el bailar le daba fuerza para continuar.
De los aspectos históricos de la experiencia de Zarité en noches de calenda, los bailes se transformaban en ceremonias vudú. La religión vudú fue traída a este continente por los esclavos africanos, durante el período colonial español y francés, y fue mal interpretado por muchos en aquel tiempo.
En cuanto al desarrollo de Zarité, como personaje, se manifiesta como uno fuerte espiritualmente, entre otras tantas cualidades pero para Zarité esta fuerza interna es inherente.
Me enamoré de la profunda fuerza de Zarité. Zarité Sedella no es un personaje plano. Me mostró cambios psicológicos acompañados también de los geográficos a lo largo y ancho de las páginas. La vi desplazarse entre el miedo, amor, fortaleza y libertad iniciando su vida en un barco de esclavos, donde fue concebida y donde nació. Se desplazó desde Haití hasta Cuba como, finalmente, Nueva Orleans. Zarité pasó por varias etapas, desde esclava, amante, madre y, finalmente, una mujer libre. Su fuerza venía de sus creencias y la celebración de sus raíces africanas. Nunca perdió la libertad de pensamiento a pesar de haber sido esclava.
Quiero concluir diciendo que un buen libro me hace sentir lo que sus personajes van experimentando. Algunos de los sentimientos que experimenté con Zarité Sedella fueron amistad, amor, pérdida, redención, cautiverio, libertad de pensamiento y emancipación.
Disfruté de la historia de amor entre Zarité y Gambo mientras se mezclaba con los cambios sociales de la Revolución de Haití. También bailé con Zarité Sedella en noches de calenda y celebré su emancipación. Por lo tanto creo, estimados lectores, que van a disfrutar de la novela como yo lo hice.
Mi granito de arena sumado a lo que Honoré dice es: baila, lector, baila que con la lectura de un libro nunca se pierde la libertad de pensamiento. Ciao, chao y feliz lectura.
La isla bajo el mar (2009)
Novela de Isabel Allende
Esta reseña fue publicada originalmente el 26 de enero de 2010.