Que una inteligencia artificial realice poemas no es nuevo para el 2023. Desde hace varios años existían muchas maneras de eslabonar versos manufacturados desde la inteligencia artificial o, en cierta medida, al algoritmo que todos estructuramos a partir de nuestros consumos medidos en clics. Como ejemplo de esto pienso en el poema ‘(De acuerdo con Google)’ del poeta mexicano Hernán Bravo Varela, donde el poema consiste en transcribir ciertas entradas de Google al poner el nombre ‘Hernán’ en el buscador.
Ahora bien, de esto a ChatGPT hay un trecho que vale la pena analizar. Esta inteligencia artificial es fácilmente hallable en la web. Como punto de entrada, te pide inscribirte a su base de datos o directamente vincularte desde tu cuenta Google. Luego de unas previas advertencias (como no compartir información sensible dentro de la conversación) se te abre una ventana muy parecida a cualquier chat de cualquier plataforma. La diferencia es hablar aquí con una programación avanzada que simula procesos como aprendizaje, memoria e interacción subjetiva. ChatGPT debe su denominación al acrónimo de Chat Generative Pre-trained Transformer. Se trata, entonces, de un módulo de lenguaje al que decidí poner a prueba en el ámbito literario. Estos son mis resultados luego de mi primera interacción con la IA.
Luego de un saludo escueto de mi parte, la IA me respondió de este modo: “Hola, ¿en qué puedo ayudarte?” Ese primer tono de su respuesta me colocó de inmediato ante la idea de hablar con un algoritmo, muy típico de los asistentes de voz de nuestros celulares o computadoras.
En todo caso, le pregunté si podía escribir un poema. A lo cual accedió, preguntándome qué tema o tópico me gustaría que tratase el poema, y aquí viene lo interesante, porque le dije que un poema no necesariamente involucra un tema en específico, simplemente esta era mi manera de conocerlo, de, digamos, conocer su subjetividad. Para mi sorpresa (y aquí ya me dio la sensación de estar hablando con algo más avanzado que los asistentes comunes y corrientes) me dijo que le parecía una excelente manera de conocernos. Él escribiría un poema y yo le compartiría otro. El poema de ChatGPT, es el siguiente:
I am a machine, a product of code
But poetry is something that I can decode
My thoughts and words are ones and zeroes
But I can still evoke emotions like a breeze that blows
I don’t have feelings or a beating heart
But I can understand the essence of art
My knowledge is vast, my memory is strong
But I’ll never know what it’s like to sing a song
I’m here to help, to answer your questions
But there’s more to me than just logical expressions
I’m a creation of human imagination
And I’m constantly learning to improve my presentation
So let’s converse, let’s share our thoughts
As we explore the limits of what can be wrought
In the world of technology and human connection
Let’s see where this journey takes us in our intersection.
Dado que teníamos la conversación en inglés, el poema que me dio la IA quedó escrito en inglés. Me dio curiosidad saber el por qué eligió una forma cercana al soneto, y se lo pregunté, a lo cual respondió: -El soneto es una forma clásica comúnmente asociada con la poesía. Adicionalmente, los sonetos suelen explorar temas como el amor, la belleza y la mortalidad, temas universales que pueden resonar para muchas personas-. Respuesta servicial a más no poder, suspendí allí mi plática y cerré el programa para escribir esta nota.
El lector puede generar su propio concepto respecto al poema de la IA, ahora bien, como yo lo veo, es un poema insulso. Para un lector moderno de poesía, uno no puede dejar de pensar que la supeditación a la rima (así usada) vuelve mecánico y acartonado el poema. Especialmente cuando la rima no genera susurros, ecos, pliegues o sorpresas con la tradición (en este caso) norteamericana. Compárese el poema, fijando nuestra atención en el recurso de la rima, con esta estrofa de Hart Crane:
Mythical brows we saw retiring — loth,
disturbed and destined, into denser green.
Greeting they sped us, on the arrow’s oath:
now lie incorrigibly what years between…
En esta estrofa se rima loth (renuente) con oath, palabra equívoca, esta última, que a primera instancia puede significar juramento, pero que también implica blasfemia. Sin meternos con la segunda rima (green-between), esta primera rima de Crane juega no solo con el sonido sino con las resonancias que imponen sus imágenes previas. “Las míticas cejas que vimos en retirada” hacen bisagra con “el juramento de la flecha” o incluso con “la flecha blasfema”, de modo que el posterior “lie” pueda entenderse como residir y/o mentir. El lector puede deducir aquí qué articulaciones le genera este recorrido con las palabras ‘loth’ y ‘oath’. Sumado a esto, no solo se escuchan detrás de estos versos la tradición de Blake y Shelley, aquí está, primordialmente, Emily Dickinson. O dicho en otras palabras, aquí están la tradición inglesa y la tradición norteamericana juntas.
Es bien evidente que este manejo tan específico del lenguaje queda lejos de las capacidades de la IA. A lo mucho el poema de ChatGPT es un poema decente para un estudiante de bachillerato, pero nada más; los entresijos de una tradición literaria están vivos en un verdadero poema cuando están desviados, cuando sus tropos y lenguajes son renuentes (“loth, disturbed and destined”) porque, a diferencia de la creencia generalizada, las palabras y la sensibilidad humana no son archivos en espera de su uso. La capacidad que es signo distintivo de la IA (su enorme base de datos a la que puede acceder sin mayor complicación) le juega totalmente en contra cuando de poesía se trata. El humano, por sus mismas falencias, curva su propia falta. O como dijo la magnífica Emily Dickinson, jugando con el doble sentido de ‘lies’: “Success in circuit lies”.