2 manzanas
Un caballo triste
el anochecer
son lo que podría ser un fantasma.
Dibujo signos sobre el párpado
como si le explicara a un sordo:
—Esto es el silencio.
Formular dudas,
sentir una sombra dejándome
a resolver solo el crucigrama,
el dilema de las cifras
ahorcado en el dintel.
Abarcan poco trecho las manos huecas
para servirle de algo al reloj.
El reducido espacio 2 x 2
comprende imaginarios jardines
que, oliéndolos, sabríamos reconocer
si todo no se pudriera
por nuestra infame costumbre
de comernos las manzanas.
Contemplación del hormiguero
Instantáneas en llamas.
Un percance: el jilguero insólito
y sus dos caras diagonales.
El sablazo blancura mansa.
Princesa táctil o brasa.
Pertinencia a orillas del cero.
Intersticialmente, escribo.
Joya de fiebre no:
abeja la musa.
Exhumación alada
Han cambiado las plantas de lugar, lo sé.
Han olvidado contar bien.
Quince aves, entre palomas y colibríes,
ocupan el área verde.
Soñamos la otra noche que vendría
cuando un rayo se adhirió como tizne a la pared
y entonces, al unísono, dijimos:
—Ha vuelto.
Con palas, incluso palas
tentaron la bolsa negra.
Muchas veces han podido
sacar deshecho su cadáver. Es fácil.
Centímetros por debajo,
solo hurgar en la tierra.
Oiremos cantar una flor
Sin que nadie lo desee.