Decía Ortega y Gasset que «lo característico del arte nuevo es que divide al público en estas dos clases de hombres: los que lo entienden y los que no lo entienden». Seguía diciendo unas páginas después que este arte nuevo «sería un arte para artistas, y no para la masa de los hombres».
Ortega escribió estas palabras hace cien años en La deshumanización del arte. Y la división sigue entre nosotros. Hablo de esto porque Inhumanos es arte nuevo, literatura de vanguardia. En el libro que actualmente estoy escribiendo no utilizo los puntos suspensivos. Decidí hacerlo así por instinto, y ahora, cuando releo, siento cómo las frases cortadas me golpean y me digo que sí, que lo quiero así.
Pero Philippe Claudel va más lejos. Tampoco utiliza signos de exclamación ni de interrogación. Tampoco utiliza el punto y aparte. Lo que sí utiliza es su magia. La novela tiene ritmo, tiene musicalidad, tiene contundencia, tiene sabor y tiene también un aroma que se te mete dentro.
Inhumanos es la historia de un hombre, de su mujer y de sus compañeros de trabajo. El autor no narra lo que ve sino lo que siente. Inhumanos es una pesadilla surrealista donde todo encaja trágicamente. «Ayer por la mañana compré tres hombres». Así empieza la historia. Inhumanos no se lee, Inhumanos te aprehende.
«Rondin tiene cáncer. Es del Departamento de Prospección. Sí. Cáncer de qué. De todo. Desde cuándo. Meses. Años. No estoy seguro. Estas cosas no aparecen de un día para otro. Nosotros iremos a verlo el jueves. Nosotros. Dupond y yo. Le llevaréis un regalo. Para qué si se va a morir. Es lo que se hace. Ah. Y qué se le puede regalar a un enfermo de cáncer. Algo que tenga que ver con sus aficiones. Rondin no era precisamente un ser apasionado por nada. Ya hablas de él en pasado. Me adapto a una situación futura. Una planta verde. Una planta verde. Sí. Es un regalo apropiado. Los hospitales siempre son siniestros. Contemplar una planta verde recuerda la alegría de vivir. Al mismo tiempo, la planta no siente nada y no hay que darle de comer ni de beber, tampoco hay que leerle. No requiere del enfermo ningún tipo de esfuerzo. Tienes toda la razón. Tengo sueño. Yo también. Apago. Apaga».
He leído dos veces esta inquietante novela. Me gusta leerla. Me gusta mucho su musicalidad. Leerla en voz alta es una delicia. «En arte es nula toda repetición», nos dice Ortega y Gasset. Y yo decía en Neel Ram que «La Literatura es eso que puedes leer una y otra vez». Hay mucho contenido en el océano de Inhumanos, pero sospecho que no todo el mundo conseguirá ver lo que la superficie esconde.
Arte nuevo. Arte solo apto para artistas. Con la particularidad de que también el lector puede ser artista. La lectura como arte. El arte de saber leer. Claro que este es un arte que se aprende leyendo arte. O sea, Literatura con mayúscula inicial. Una literatura que no acepta la repetición.
Philippe Claudel ha roto la Literatura para arreglarla.
Inhumanos es consecuente, homogénea,
compacta como un mazo.