Van Gogh y sus pinceles
I
La oreja de Van Gogh miró el mundo que nadie pudo escuchar
el cielo se cayó en sus manos, dentro de los pinceles de su alma.
Pintó el mundo a trozos con brillos encontró el eco de las flores
plasmó cada silueta de árboles callados que su alma pertenecieron
raíces en las nubes atrapo en cada lienzo.
Girasoles gritaron, la visión retorcida
lo sobrenatural en la retina del que admira
llega el aroma de lluvia al rostro y al otro resto
regresos, otra vez correr, correr la distancia y atrapar
el sentido de la vida en el grito de la noche,
para admirar el horizonte inventado que crearon sus ojos
tan amplio fue descubrir cosas, un simple par de botas viejas.
Se va el amigo que sabe de pintar el alma, la angustia retratada
el abandono, el que sabe a dónde ir y dice lejos de este pueblo
y lo hace con la indiferencia de no mirar atrás a Vicente.
La oreja que el mismo cortó, fue él, él mismo para regalarla
a un extraño, la injuria se le fue en contra dentro de un manicomio
Van Gogh el extraño con pinceles en mano con trozos de lágrimas
En ese momento descubrir que se está dentro
para salir del hueco y nunca ser el mismo en la extrañeza invadida
el consuelo demente de estar vivo, recuérdame mil veces
en cada pincelada a un ser invisible que habla y grita antes de morir.
II
El tiempo se detuvo en las ruedas de una carreta
visiones brillan en la prisa del pintor
atmósfera disuelta entre nebulosas de primavera.
Extraño cosmos triturado en unas manos
sombras, seres, luces que vuelven una y otra vez
forma y vida en túneles que tienen ojos de niña
ignora que es la luz, al desconocer el cielo.
Sentidos que el sol no opaca, rasgos con vida propia
esencia del tronco que respira en lo milenario
se quedan en la eternidad de quienes nunca
se han de ir de aquí, aunque los pasos tengan prisa
y la alegría estalle dentro del corazón de Van Gogh
III
Van Gogh pidió a una mujer bella
que posara para retratarla
en una posición inexplicable.
Niños se acercaron a preguntarle qué pintaba
quiso explicarles lo que no sabía decir
se metió en los árboles, en el cielo, el invierno
dentro del canto de las aves, cobijo con el lienzo
miles de rostros marchitos, miradas alegres,
sonrisas con dentaduras incompletas.
Siguió pasos que siguen a otros
la fila interminable de sombras
Van Gogh escucho su nombre
una y otra vez en la lucidez
su locura era limpia un cristal sin fracturas
la camisa de fuerza fuera de su cuerpo
salir fuera de sí para mirar la hoguera
en la belleza de crear y después de pintar.
Semblanza:
Alma Delia Cuevas Cabrera. Poeta, Pintora, Escritora y Promotora cultural. Licenciada en Geografía por la Universidad del Estado de México. Diplomado en Creación Literaria, en la Escuela de Escritores Juana de Asbaje, Metepec, México. Taller de Literatura Mexicana en Lenguas Indígenas por el centro de creación Literaria Xavier Villaurrutia Ciudad de México. Publicada e Antologías Nacionales e Internacionales. En la Serie Poetas Mexicanas de la Biblioteca de las Grandes Naciones Volumen 6 y el poemario dedicado a las desaparecidas En 72 horas. Compiladora de e-book Día mundial de la poesía y Nuevo e-book 2019. Cuadernos de la Comuna Nueva Serie con Sombras y Voces. Creadora y compiladora del proyecto Antología Coordenadas de Voces Femeninas I, II, III, IV, V, VI.VII, VIII, Estado de México y Ciudad de México.en Comuna Girondo. Colaboradora del Semanario Edomex en la columna Ecos en Vuelo. Poemario Tintes en las cuerdas de un violín por la Academia Latinoamericana de Literatura Moderna. Creadora y compiladora del proyecto: Ni una lengua más extinta, ni un universo perdido, libros bilingües Español-Otomí Voces que no se apagan, Español-Náhuatl; Ecos Ancestrales, Español-Mazahua; En Alas de la palabra.