Lo que un mártir anhela más que nada es una espada en la que caer.
Así que afilas la espada, la mantienes en el
ángulo correcto y entonces 3, 2, 1…
Frank Underwood
Tenemos a un presidente al que –según él- se le olvido citar partes de su tesis, ya escuchamos a un candidato panista en Veracruz que le plagió el discurso al presidente argentino Mauricio Macri. Ahora, por si no fuera tanto, Miguel Ángel Covarrubias, ex presidente del Municipio de San Diego Texoloc convirtió al estado de Tlaxcala, a su equipo de trabajo y por encima de él, a nosotros, en burla internacional.
Es increíble el nivel de creatividad que tenemos los mexicanos, pero es aún más extraordinario el que tienen nuestros líderes políticos, desde los mediocres, de mala calidad y baratos spots que muchos de ellos se mandan a hacer previo a sus elecciones populares o incluso uno que otro –como en mi pueblo- que solo por ser directores de no sé qué ya se andan haciendo sus promocionales.
La verdadera pregunta es: ¿hasta qué punto nuestra creatividad raya los objetivos de la política y la aceptación de los electores? Aquí solo hay una de dos, o realizas spots y comercialitos demostrando el gran impacto de la administración que representes, o te haces publicidad tu solito con el erario, no hay más, y justo en esta última vamos a enfatizar algo, si te vas a hacer notar, que sea por algo chingón y no porque te chinguen.
Al momento de estar en cualquier puesto público de cualquier administración, debemos estar conscientes de la lealtad, la honradez pero SOBRE TODO, la eficacia que nuestro equipo de trabajo demuestra. Si no evaluamos a quienes nos van a rodear durante mucho tiempo, nos pasará algo similar como a Ángel Covarrubias, que pensó –yo creo- que en Tlaxcala son tan apolíticos o desinteresados en los temas de la política actual, que a él y su equipo de trabajo se le hizo muy MUY fácil plagiar un fragmento del discurso de F. Underwood, personaje en la serie House Of Cards de Netflix.
Entre que sí y que no, Netflix dio una respuesta tan elegante y sofisticada que emocionó al exalcalde y, no cansado de dar pena ajena internacional, decidió responder –háganme el favor- directamente a Frank. (Señores asesores de los actores políticos nacionales, si su jefe o patrón ya metió la pata al fango, por favor, ahí déjenla, o terminarán hundiéndolo más).
Y es que, a los mexicanos todo nos queda chingón, todo lo hacemos con la finalidad de ser mejores que otros, lo suficiente como para presumirlo, pero cuando pequeños individuos carentes de imaginación piensan que la internet no existe y deciden robar ideas de otro país –al fin y al cabo que está lejos- para atribuírselas y demostrar que tienen una creatividad digna de estar en otro país –sí, ese país de donde originalmente viene.
Esto solo viene a reafirmar que, hasta para copiar hay que ser cuidadosos, porque las consecuencias, muy lejos de ser legales, dañan y afectan la legitimidad, la historia y el futuro de un actor político e incluso del mismo partido al que represente.
Y nos preguntaremos: ¿qué hacemos los jóvenes con esto?
Primero, leer, llenar nuestro pequeño mundo de miles más. Después, cuestionar y abrirnos a un debate profundo, en dónde rechacemos las practicas del plagio o el intento de similitud de contenido. BASTA de pseudopolíticos y de pseudoasesores que están acabando con una de las herramientas más exactas y correctas para controlar a nuestra sociedad: el discurso.
Robar el discurso de House Of Cards es malo, por el simple hecho de ROBAR sin reconocer, pero si lo comparamos con el hecho de que, si en verdad nos creemos las palabras de Ángel, y son las mismas de Frank, ¿qué otras cosas oculta el ex edil? Espero que ninguna, que su intento de parecer recto y sensato con lo que dijo, fue por un acto de fanatismo a la serie y ya.
Es importante señalar que los jóvenes deben visualizar estos ejemplos como modelos a NO seguir, puesto que dañan la imagen de las administraciones y afectan la credibilidad de las mismas, de por sí no confían en los políticos y luego quieren parecerse a los grandes actores de Hollywood.
Al inicio, comencé citando una frase emblemática de Frank Underwood: Lo que un mártir anhela más que nada es una espada en la que caer. Así que afilas la espada, la mantienes en el ángulo correcto y entonces 3, 2, 1… Yo agregaría, nuestro ex edil de San Diego cometió un error al no fijarse en lo que hacía y está bien, pero responder diciendo: «la atención del mundo era mi propósito” demuestra carencias en el sentido político/sarcástico y una falta de reconocimiento del hecho.
Hoy, Texoloc es casa del político más importante del mundo –según el- y preparémonos todos porque su plan de llegar a la presidencia de la república ya empezó, solo le falta conseguir a una Zoe Barnes, un Doug Stamper y ya de perdida un Freddie que le cocina unos ricos taquitos.
Comprendamos pues, que la verdadera política no se hace mediante las redes sociales y mucho menos imantando a las series de internet. La verdadera política se hace en pequeñas mesas con pocos integrantes, todos y cada uno de ellos llenos de ideas, creatividad y un grado de frialdad. Si piensan basar su vida política en la serie de House of Cards, valdría la pena recordarles que el protagonista es un enfermo, narcisista y asesino.