López Obrador es un cabrón. Eso dicen los senadores de Acción Nacional, en especial Gustavo A. Madero, y con toda su calidad moral usan el índice acusador y señalan, marcan, condenan desde ya al bonachón tabasqueño que ni se inmuta ni se acongoja. Todo lo contrario. Ya dijo que seguirá polemizando en torno al aeropuerto internacional de la Ciudad de México porque así la gente tomará interés y se enterará de que la suya es solo buena intención y no hay ningún proyecto oscuro inconfesable, como alegan los azules.
Esos, los panistas, afirman sobre la consulta propuesta por el dueño y líder de eso que llaman Movimiento de Regeneración Nacional en torno a la nueva terminal aeroportuaria, que es un ejercicio inmoral e ilegítimo “porque no está cumpliendo con ninguna de las condiciones legales para hacerse y está jugando con la democracia y la buena voluntad del pueblo de México, no se vale manipular de esta manera”.
Pero afortunadamente nuestro querido cabecita de algodón no está solo. Tiene un enorme séquito de golpeadores, perdón, quise decir seguidores, para defenderle y colocar su enorme y orgulloso pecho de frente a cualquier intentona de atacarle. Uno de ellos es el guerrerense Félix Salgado Macedonio, quien asegura que el senador albiazul cuestiona el método que él también utiliza en sus redes sociales y por supuesto -envalentonado como siempre-, lanza su propio cuestionamiento sobre el panista: “se pasa de vivo o se pasa de pendejo”.
Este pleito verdulero surge a raíz de haberse dado a conocer el asunto de la pregunta que amenaza los bolsillos de un grupúsculo de empresarios “comprometidos con el desarrollo nacional” y que tendrá un costo de algo así como un millón y medio de pesos y se efectuará del 25 al 28 de octubre:
Dada la saturación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México ¿cuál opción piensa usted que sea mejor para el país?
- Reacondicionar el actual aeropuerto de la Ciudad de México y el de Toluca y construir dos pistas en la base aérea de Santa Lucía.
- Continuar con la construcción del nuevo aeropuerto de Texcoco y dejar de usar el actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Valdría la pena saber qué piensan en Hidalgo, donde el gobernador priista que responde al nombre de Omar de apellidos Fayad Meneses, ha mostrado ser uno de los camaleones políticos mejor posicionados en el gusto de los morenistas y su jefe.
Si no me cree imagínelo: junto con las otras fuerzas políticas en el congreso local, los de Morena le pidieron mediar en el conflicto que mantenían con el partidazo por la titularidad de la junta de Coordinación Política desde hacía varias semanas, llamado al que respondió ni tardo ni perezoso. Así que si una opinión importa en Hidalgo es la del Poder Ejecutivo, porque el Legislativo fue absoluta, completa y ridículamente incapaz de resolver un problema interno, pero ese es un asunto que deberán abordar los especialistas en el tema, los que saben, los que tienen la sartén por el mango y conocen de todo ese asunto de la división e independencia de poderes.
Acá interesa conocer el sentir del gobernador Fayad en torno al tema: ¿apoyar el proyecto ideado e impulsado por el tristemente célebre enrique peña con todo el impacto económico, ambiental y político que representa en Texcoco o desde ya y públicamente manifestarse a favor de las dos pistas en Santa Lucía, lo cual implica un buen número de oportunidades para Hidalgo?
¿Se atreverá?, ¿Omar Fayad será capaz de dar la espalda públicamente al partidazo pensando en los hidalguenses o hará de tripas corazón y defenderá a capa y espada el proyecto del presidente más cuestionado en la historia reciente del país?, ¿debemos esperar una postura del Estado de México sobre el tema?, ¿qué podría decir “el primo de” cuando no puede ni atender el desmadre en su changarro?, ¿Fayad y del Mazo podrían armar un bloque “opositor”?, ¿se han encontrado, han hablado, han analizado ya las posibilidades de lo que viene o están esperando el resultado de la consulta pública?, ¿Fayad confía en el primo?, ¿el primo podrá en algún momento representar por fin lo que dicen sus tarjetas de presentación o seguirá siendo solo eso, “el primo”?, ¿Fayad confía en su gente a ciegas o sabe de las artimañas por venir?, y la mejor de todas: ¿se vale especular con el futuro de un estado?
¿Qué pensarán los hidalguenses?