Jhoana Alexandra Patiño López es una escritora, docente y académica colombiana que ha desarrollado desde 2010 una poesía feminista, comprometida con la denuncia de las diferencias y la violencia de género en su país.
Con un lenguaje vivo, retante y firme, critica no sólo la violencia y discriminación que viven las mujeres, sino también toda aquella violencia que envuelve el día a día de su país. Aunque Patiño nos habla desde su contexto, esta violencia puede extrapolarse al resto de Latinoamérica e incluso al resto del mundo, ya que actualmente vivimos sociedades muy violentas y con una impunidad excesiva.
La obra poética de Jhoana Patiño es un canto de protesta y a la vez de optimismo que se eleva con fuerza para demostrar que no estamos solas en esta lucha y que unidas, a través de la palabra, podemos construir nuevos horizontes que den cabida a una sociedad más justa, sin estereotipos, sin exigencias sexuales y con menos violencia.
Debido a la contundencia y crítica de sus escritos, Patiño ha sido discriminada e invisibilizada por la literatura de su país; sin embargo, ha podido ser publicada y conocida en otros países del entorno latinoamericano. Gracias a la labor de otras poetas y académicas como Esther Pineda, hoy podemos tener acceso a parte de la obra de esta poeta colombiana.
Gracias a poetas como Jhoana, se sigue combatiendo el discurso patriarcal, el cual ha establecido como “normales” esquemas sociales diferenciadores y separatistas que han privilegiado no sólo el dominio de los varones, sino que ha fijado una normatividad heterosexual que ha discriminado a aquellos sectores sociales que no comulgan con la hegemonía heterosexual.
Como mujeres y como jóvenes debemos seguir denunciando, y creando conciencia social para romper con las normas de hegemonización y así llevar a cabo transformaciones reales y aceleradas de nuestras sociedades, que bien que les hace falta.
A continuación, compartimos algunos de los poemas más representativos de Jhoana Patiño:
VIENTRE DE RESISTENCIA
Yo no soy un vientre, soy un ser,
yo no soy un hijo, soy una mujer,
yo no soy un cuerpo que se toma, soy poder que se cuestiona,
yo no soy un rol, soy relación para la creación,
yo no soy una madre prometida, soy una posibilidad expandida,
yo no soy sólo palabras, soy silencio y miedo,
yo no soy solo razón, soy deseo y decisión
yo no soy sólo cuerpo, soy polvo de estrellas y arenas del desierto,
yo no soy sólo un vientre, soy poesía y canción,
yo no soy un rol, soy movimiento y quietud,
soy sueños y tormentas,
yo no soy un vientre prometido,
soy lo que quiero ser, soy lo que puedo ser,
soy lo que debo ser, pero no soy lo que tengo que ser,
yo soy mujer y me resisto a parir, sólo a parir,
quiero amar la vida, no sólo la vida de unos hijos,
soy mujer y doy vida con mi vida,
soy mujer y decido,
soy mujer y digo,
soy mujer y no crío.
Soy mujer aunque no tenga un hijo.
Yo no soy un vientre, soy vida.
«No era yo el problema»
El problema no era el golpe,
ni el insulto,
tampoco el dolor
o la sangre en el piso.
El problema no era la cicatriz en el cuerpo
ni la culpa que sentía,
mucho menos la vergüenza.
El problema no era mi cuerpo
no eran,
ni mis ojos,
ni mi color.
El problema era mi condición
ser mujer, ese era el problema.
No era por como vestía,
ni por lo que decía.
Era porque así tenía que ser,
porque siempre había sido de esa manera,
porque la abuela le dijo a mi madre que el hombre era Dios
y eso me enseñó ella.
El problema era el mundo,
con sus códigos machistas,
desiguales y violentos,
con sus lenguajes sexistas
y sus morales dobles.
El problema no era mío,
era de todos,
de los que sabían y no hacían nada,
de los que se tapaban lo oídos y desviaban la mirada,
de los que justificaban al hijo,
de los que celebraban la paliza.
El problema no era yo
y tampoco era nuevo,
era falta de memoria,
injusticia,
abandono.
El problema era una historia contada por hombres
y padecida por mujeres;
eran niñas vestidas de rosa para que fueran más puras
y niños pintados de azul para que fueran más rudos,
el problema no era el golpe en la cara,
era el permiso de todos,
el creer que era natural,
el sentir que era bueno,
el tolerar por miedo.
El problema no era el puño
era la herida en el alma
y el silencio.
«Nos mataron»
Mataron a Berta,
a Sonia,
y a Laura.
También a Manuela
y a su hermana.
Mataron sus cuerpos,
callaron sus palabras,
quemaron sus historias,
y arrancaron sus ganas.
Mataron a Zuly.
a Diana,
y a Martha.
Cerraron para siempre sus ventanas,
cortaron sus rostros,
amarraron sus manos,
y eliminaron sus sueños.
Y hasta ahora nadie dijo nada.
Mataron a madres,
a abuelas y tías,
a vecinas y amigas,
a primas y sobrinas,
a esposas y amantes.
Y todo siguió como si nada.
Las mataron una a una,
por siglos de infamia,
en suelos machistas,
con cadenas y balas,
tras leyes y batallas.
Las mataron entre gente,
en los ríos,
en las casas.
Solas y acompañadas.
Las mataron una a una,
como si nada.
A Verónica,
y Alicia
a Paula
y Tatiana.
Las mataron,
sus cercanos,
y también
sus lejanos,
sus familias,
sus parejas,
sus amigos,
y sus vecinos
como deshojando margaritas
que pronto crecerán
para volver a ser arrancadas.
Las mataron y nos matan por ser mujeres.
«Me habían dicho que no existía»
Me habían dicho que no hablara
Me habían dicho que no era buena
Me habían dicho que no valía
Que el amor no existía
Y que los golpes me los buscaba.
Me habían dicho que no preguntara
Que no soñara
Que no aguantara
Que las mujeres no pensaban
Que mi destino era la casa, la cama y la rabia
Me habían dicho que no podía
Que no debía
Que me quemaría
Que me odiarían
Y yo les creí
Y yo lo permití
Y yo lo cambié.
«Mujeres»
Mujer, ser en tensión y en posibilidad
Ser de carne, hueso y novedad, eso eres, eso soy, una mujer en libertad
Mujer en la lluvia y en el sol, en el frío y en el amor
Mujeres de risa y de llanto, de rabia y pasión
Mujer en la muerte y el dolor, mujer en la vida y la razón
Mujeres en cada segundo en cada rincón
Mujer de silencios y miedos
De vidas y cuentos.
Mujeres en las luchas, en las revueltas y las protestas
En los caminos, en la guerra y en la paz
Mujeres seres del viento y de la mar
Mujeres de manos y de palabras
De falda y pantalón, de casa y computador
Mujeres de calle, de patio y soledad
Mujeres de hijos y sin ellos,
Mujer, eso soy, eso eres, mujer un ser de posibilidad.
Fuentes: