La apabullante historia de amor de un joven quien fue víctima de su única y consistente motivación en la vida. Fiel a su pasión desafió las reglas de la sociedad y las familiares consiguiendo ser desheredado y caer en el infortunio.
A más de dos siglos de ser escrita, sigue estando tan vigente el tema y su disyuntiva: morir de amor o sufrir el desamor, y en cuyos casos llevados al extremo solo producen consecuencias fatalistas. Esto es evidente con la cantidad de libros sobre amor y pareja que se pueden encontrar actualmente en las librerías.
Publicada en 1731 por Antoine François Prévost, es la primera novela romántica que se conoce en Francia. Aparece en la época del surgimiento de la novela moderna que proporcionaba lecciones morales o el llamado “romance nuevo”, situada entonces en Inglaterra con grandes exponentes como Jonathan Swift y Daniel Defoe de la era Augusta y de cuya literatura se vio ampliamente influenciado el autor. Prévost nació el 1 de abril de 1697, apasionado por las mujeres vivió una vida inestable e inconstante tal y como lo muestra en sus novelas, especialmente en ésta, su obra maestra la cual le valió la fama.
Narrada por un hombre eclesiástico quien se hizo llamar D’Exiles para sus publicaciones, y más tarde como Abate Prévost, fue originalmente llamada Historia del caballero Des Grieux y de Manon Lescaut que a su vez formaba parte de otro libro escrito como una serie de memorias de 7 volúmenes, Memorias de un hombre de calidad retirado del mundo. En principio fue presentada como una historia y no propiamente como novela. Es en estas memorias que Prévost relata historias de amor a través de su “hombre de calidad”, el marqués de Renoncour.
Después del escándalo producido desde su aparición, fue censurado y condenado por cuestiones moralistas. Es posible encontrar a lo largo de la narración los primeros atisbos de lo que hoy en día se conoce como Femme Fatale. Debido a esto, el autor realiza una nueva edición corregida y editada, donde añade un nuevo episodio y cambia su publicación a Manon Lescaut, el último tomo de las Memorias que según el autor: “las aventuras del caballero Des Grieux no estaban relacionadas con el resto de los tomos”.
La novela refiere todas las peripecias y aventuras donde las circunstancias pareciera que envolvían cada decisión de un joven para evitar que viviera felizmente con su amada.
El narrador, el marqués de Renoncour, quien se hace llamar el hombre de calidad en las Memorias hace una breve entrada a la novela en la cual comienza evocando su vida. Posteriormente encuentra a la heroína de la historia y debido a la curiosidad que despierta en él, conoce a su personaje principal: el joven caballero Des Grieux a quien cede la palabra durante toda la obra, salvo al final cuando por causas de verosimilitud vuelve a intervenir. De aquí en adelante el caballero Des Grieux se vuelve el narrador-personaje sometido a los límites y restricciones físicas y temporales de su propia narración.
Manon y Des Grieux, personajes principales o héroes de la historia, intentan convencer al lector de su inocencia frente a sus embustes y depravaciones, todos ellos justificados por el más puro e inocente amor. El joven Des Grieux presume de alta moralidad y nobleza pero enmarcado en la premisa de que el fin justifica los medios. El caballero Des Grieux era un soñador y como tal vivía a la deriva, y bajo el llamado de la pasión exacerbada o amor por la bella cortesana Manon, robó, engañó, mató, burló a la familia y a la milicia, todo con el propósito de mantenerla a su lado. La única forma de que Manon permaneciera con él era viviendo en un entorno de lujos y derroches, pues pareciera que para ella el amor no era suficiente motivo. Un drama romántico que bien puede caer en la tragicomedia.
Escrita en primera persona, en la narración se mezclan los tonos de la tragedia clásica, la novela de costumbres y la comedia de intriga, sin embargo, la obra está considerada como una novela de análisis psicológico y crítica. Y fue en Francia donde nació este género como una forma de cultivar los principios de la virtud. Presenta un realismo roñoso aderezado por un sentimentalismo romántico. Una heroína ambiciosa y de gran encanto de la que el lector no se puede desprender. Los personajes principales dan un contraste del bien y del mal. Como dijo Montesquieu: “No me sorprende que esta novela, cuyo héroe es un villano y la heroína una meretriz, deleite, porque todas las malas acciones del héroe tienen por motivo el amor, lo cual es siempre una causa noble a pesar de que la conducción sea baja”.
No se puede reflexionar sobre los preceptos de la moral aludiendo solo al buen sentido de la norma, a las conductas intachables. Es necesario mostrar los contrastes con una mezcla de virtudes y buenos sentimientos mezclados con malas acciones y toda clase de vicios y traiciones con una alevosía como telón de fondo que no es posible matizar.
“Fue el mejor y peor de los tiempos, época de sabiduría, locura, fe e incredulidad, fue la estación de la luz, la obscuridad, la esperanza y la desesperación, teníamos todo y nada a la vez, íbamos derecho al cielo, pero en sentido contrario.” Así describió Charles Dickens a Francia en el s. XVIII, en el magistral inicio de su novela histórica, “Historia de dos Ciudades.”
El caballero Des Grieux, un joven de 17 años proveniente de buena familia conoce en un hostal en el que se detiene durante su camino a casa, a Manon Lescaut, de quien se enamora perdidamente. Ella se dirige al convento enviada por sus padres. La joven le corresponde con la misma pasión y no habiendo otra solución para vivir su amor y escapar a su destino, se dan a la fuga. Llegan a Paris y los proyectos de boda se esfuman cuando comienzan sus complicaciones económicas. El resto de la historia sucede entre engaños a diversos amantes para lograr una estabilidad financiera que les permita vivir su amor rodeados de comodidades y lujos, codiciados por la joven a cualquier precio.
La novela nos deja una pregunta en el aire: ¿la pasión amorosa es un camino tan árido como la virtud, donde es posible ser capaz de cualquier cosa por ella aún en detrimento de uno mismo? Queda la respuesta a la percepción de cada lector, a las emociones que experimenten con su lectura y su propia historia personal.
Como el propio autor definió a su obra, “ejemplo terrible de la fuerza de las pasiones, todo un tratado de moral, en donde se teme ser engañado queriendo ser bienhechor y liberal”.
Esta novela y sobre todo la figura de la pérfida Manon como una inocente cortesana, ha sido la inspiración de varias obras posteriores en la línea de la novela romántica como Carmen de Merimée, La Dama de las Camelias de Alejandro Dumas, La mujer y el pelele de Pierre de Louÿs, entre otros. Se han hecho incontables adaptaciones para la ópera destacando la de Puccini (1893), producciones escénicas, televisivas y cinematográficas.