Ver nacer y/o morir a los seres queridos de uno son experiencias distintas tanto para el hombre como para la mujer y todos salen adelante de diferente manera.
A finales del siglo XIX, el casarse y tener hijos es la meta de vida de la mayoría de las mujeres burguesas en Francia. Para Valentine (Audrey Tautou) la situación no es diferente. Creyendo saber exactamente lo que pasaría en cada etapa de su vida, decide casarse con Jules (Arieh Worthalter) y empieza a formar una familia, pero Valentine pronto descubrirá que la vida siempre da giros inesperados; unos para bien, otros no tanto.
Mathilde (Mélanie Laurent) está lista para casarse con Henri (Jérémie Renier) el amor de su infancia, y tener una familia numerosa con él. Nada puede resultar doloroso teniendo a su lado a su mejor amiga, Gabrielle (Bérénice Bejo), quien se ha casado con el mejor amigo de Henri. Estas dos familias estarán destinadas a ayudarse y unirse de maneras en las que no alcanzan aún a imaginarse.
Éste es sólo el principio. La vida empieza y termina pero hay cosas que perduran para toda la eternidad, así como las historias de tres mujeres unidas por distintos lazos, cada una con los problemas propios de su tiempo, sus miedos y sus anhelos.
Esta película francesa, basada en el novela de Alice Ferney, es visualmente impecable y prácticamente muda; lleva al espectador a otros tiempos a conocer a ciertas familias y a entablar empatía con los distintos miembros que las conforman porque lo que en ese tiempo se vivía y se sentía no es muy distinto a lo que hoy en día es.
Las palabras salen sobrando en esta historia, pero la música es clave para que todo esto ocurra.
Tanto la dirección de Tran Anh Hung como las actuaciones de Audrey Tautou, Mélanie Laurent y Bérénice Bejo hacen que esta cinta se torne un tanto personal, retratando problemas más comunes de lo que se quisiera admitir de una manera muy delicada y elegante de ver, dejando como mensaje uno de los clichés más populares en las historias de este tipo, pero no por eso deja de ser una película que puede dejar pensando al espectador en ella tiempo después de verla.