Koji Suzuki
Ringu
Literatura Mondadori, 2004, 288pp.
“[…] la idea de que el mar en sí es un misterio, un espacio donde el mundo de los vivos se encuentra con los muertos […]”.
Dark Water, Koji Suzuki
Es probable que la mayoría haya visto la película The Ring (2002)y sus posteriores secuelas (The Ring 2 (2005) y The Rings (2017)) las cuales son producto del remake americano de la película de Hideo Nakata (Ringu, 1998), la cual, a su vez, está basada en la novela Ringu del escritor japonés Koji Suzuki.
Koji Suzuki (Hamamatsu, 1957), quien ganó el Premio a la mejor novela fantástica de Japón en 1990 por su novela Paradise y el Premio Shirley Jackson en 2012 por Edge, se graduó de la carrera de Letras Francesas por la Universidad de Keio, fue profesor por un periodo corto de tiempo, a lo que le siguió un periodo de desempleo donde Suzuki se concentra en ser padre y desarrollar su trabajo literario: es aquí donde nace la novela Ringu.
Ringu es una novela donde el autor quiere desarrollar su preocupación en los asuntos de la paternidad y la educación infantil. Esto se ve reflejado claramente en el personaje principal Kazuyuki Asakawa, periodista quien, en un inicio por curiosidad, decide llegar al fondo del misterio que encierra la cinta maldita de VHS para salvar a su familia junto con la ayuda de Ryuji Takayama, profesor de filosofía. Es interesante observar que en las adaptaciones fílmicas estén protagonizadas por personajes femeninos ya que en Japón es la madre quien se encarga del cuidado de la familia.
El padre, quien tratara de enfrentarse al mal es el primer móvil que encontramos en esta novela, ya que a lo largo de la historia “el Mal” se hace una presencia evidente cuyo origen está más ligado a un concepto filosófico.
Koji Suzuki nos presenta en primer plano un thriller, con tintes de suspense policial, para guiar al lector a uno de los temas más importantes de la novela (y de la trilogía): el concepto del origen del mal. Un concepto que Suzuki ramificará en diversas interrogantes a lo largo de la historia, y cuyo representante será la misteriosa Sadako Yamamura.
Sadako Yamaura será puesta con un antagonismo difuso. Guiándonos en las aguas turbias que envuelven su presencia (el agua es un aspecto muy importante en la obra de Suzuki que convierte un elemento de vida/muerte) Suzuki nos guía hacia los orígenes de un mal metafísico que acompañará con tintes de posmodernidad, pues la tecnología se volverá cómplice de este mal, semejante a un cyberpunk con tintes que recuerdan a un Philp K. Dick más tenebroso.
¿Sera el Mal, como dice San Agustín, el no-ser? O tal vez el mal se esparce insidiosamente como una abstracción, como un virus, como una enfermedad…
Koji Suzuki, quien ha confesado de no ser lector de obras de literatura de terror, es un admirador de la obra de Sartre, Camus, Hemingway y Salinger; y Ringu es el producto natural de esa influencia, pues, ¿no es acaso la existencia un mundo implacable donde todos somos las víctimas y victimarios?, ¿no fue el Mal el primer paso para comprender nuestro mundo y nuestra función en él?