Conocí a Jeanne Karen en San Luis Potosí muy cerca de la Facultad de Psicología. La mañana transcurría entre girones de polvo desértico y yo había experimentado una vez más la cordialidad potosina oculta en el seno de la amistad.
Jeanne se encontraba en un café, acompañada de su hijo, atenta a un libro de poesía; las tazas humeaban.
Soy Jeanne Karen, me dijo. Al fin estaba frente a la autora de uno de los libros que había leído recientemente: Cementerio de animales (Ed. Fósforo, 2013), su poética me había llamado la atención por esa carga de imágenes que creí casi oníricas, de un autor nacido de las regiones del centro de México. La plática fue amena, cordial, nos contamos historias, reímos: la saudade del desierto.
La última vez que vi a Jeanne, después de otros encuentros, uno de ellos en el III Festival de Poesía Palabrando la Tierra, celebrada en la ciudad de Querétaro anualmente, fue de nuevo en la capital potosina: la ciudad en calma, con sus edificios y sus habitantes habitados por la voz de la arena. Poetas de aire macizo, perpetuos; la impresión era como si en ellos el tiempo no transcurriera, como si las palabras del poeta Manuel José Othón los habitara: “Yo soy la voz que canta en la profunda soledad de los montes ignorada”.
En esta ocasión, Jeanne me habló de su nuevo libro: Púrpura nao (En mi corazón el cosmos), ilustraciones de Antonio Martínez, editorial Grito Impreso.
“¿Qué ausencia guardas en ese bosque sin hojas?
¿Qué color tiene la pesadilla, el deseo inhabitado?”.
La voz era distinta, quizá marcada de más experiencia, con una ternura corporal que acariciaba el espacio.
Recuerdo que en una de nuestras pláticas, en un café del Centro Histórico de San Luis, Jeanne había mencionado que cada libro suyo tenía una voz propia, no había un estilo que la definiera. En este sentido cada libro suyo puede leerse como de autores distintos: la multiplicidad es evidente, así como el rostro de las estrellas del universo de su nuevo libro.
Púrpura nao ha sido presentado en San Luis Potosí en la Casa del Poeta Ramón López Velarde y en el Museo de Arte Contemporáneo, además en la Feria del Libro de Aguascalientes el pasado 1 de octubre.
Las próximas presentaciones de su libro están por confirmarse.
“A veces uno solamente puede intuir la tristeza de una casa vacía por el movimiento de las hojas secas. Habitamos un momento determinado para presentir, para ser testigos de un milagro”.