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El país siempre pierde. Los mexicanos siempre se tiran al vacío desde el Castillo de Chapultepec y no logran salir de allí. Por ello es mejor callar.
Es mejor ignorar. Es mejor emigrar
– Denise Dresser
El debate ha permitido, permite y permitirá la libre expresión de las ideas, propuestas, proyectos o incluso, de los sueños más raros jamás escuchados. Mediante el debate se permite la articulación de opiniones completamente diferentes que, de ser sustentadas y argumentadas correctamente, estas pueden tener un peso relativamente significativo.
Utilizar el debate para intentar desacreditar las capacidades, habilidades y experiencias de cualquier individuo puede resultar perturbador, oscuro e incluso planeado. Quien se atreve a descalificar los argumentos de su contraparte utilizando de todo –menos argumentos- se verá frente a la penosa necesidad de exponerse, todo con el único fin de ganar.
Y es precisamente estas prácticas las que fuerzan la necesidad de analizar y opinar respecto al debate organizado por Grupo Milenio con el candidato por la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador.
El debate fue transmitido por diversos medios, pero el que llamó la atención fue la transmisión vía Facebook Live, en donde más de cuarenta mil personas siguieron durante 1 hora 30 minutos la faena política.
Entre los participantes, se encontraba el periodista y director general editorial de Grupo Editorial Milenio, Carlos Marín Martínez, quien se destacó por una participación muy recia, directa y hasta cierto punto, golpeadora. La participación de Marín se enfocó en desglosar parte por parte el discurso y las propuestas lopezobradoristas.
Y es que, dejar en claro de la forma más completa, transparente y exacta la postura de los candidatos que pretenden gobernarnos es tan esencial, lo suficiente como para aprovechar cualquier oportunidad de encarar a los candidatos y arrinconarlos para que nos expresen la verdad. La verdad de sus propuestas, sus proyectos, sus ideologías y sus razones de ser como candidatos.
Es lamentable que las técnicas utilizadas por Carlos Marín hayan dejado ver a cierta parte de la población -que lo no conocían- a una faceta de oposición radical, que no necesariamente puede ser cierta, pero que, finalmente, así se interpretó.
Andrés Manuel López Obrador debe explicar varias cosas, entre ellas su decisión de considerar mediante Referendum el reconocimiento de los Derechos Humanos para los grupos vulnerables. Falta esclarecer las medidas que adoptará respecto a la seguridad nacional, porque no basta con decir que implementara la creación de la Guardia Nacional, cuando lo que se necesitan son otro tipo de políticas.
A López Obrador le falta explicar el por qué su desconfianza y traición a las más de 300 Organizaciones de la Sociedad Civil que presionaron al ejecutivo y al legislativo para rechazar la forma en la que se elegía al Fiscal General, porque en su Proyecto de Nación, Obrador considera que será él –el ejecutivo-, quién designará al Fiscal, sin más ni menos.
Es verdad, AMLO tiene posibilidades reales de llegar al poder, más posibilidades que las dos contiendas pasadas y tal vez por ello es necesario prestarle a él bastante atención en lo que diga, haga o proponga, pero no se vale, que frente a un escenario político, oscuro y fúnebre como el que ahora está, se quiera introducir a los mexicanos a la psicosis colectiva.
Los mexicanos tienen la última palabra respecto a lo que ven y escuchan, y tal parece que las redes sociales no solo aportaron críticas, comentarios y opiniones respecto al debate de AMLO en Milenio Televisión, sino que ahora, gracias a la explosividad y euforia de dicho encuentro, Andrés Manuel ha subido en las preferencias electorales.
La descalificación de candidatos puede exponer a cualquier persona, sin importar su calidad laboral o posición social. El llamado no solo de los empresarios, los banqueros sino de casi todos los mexicanos es que, es momento de proponer, sustentar y articular lo que pudiera significar el primer gobierno de izquierda en nuestro país.
Dejemos a un lado la idea de que ya sabes quién va a convertir a nuestro país como el de ya sabes dónde con un régimen totalitarista e injusto como el de ya sabe quién.
Es importante no hacer nuestras las expresiones de odio, rechazo y miedo que, como en cada proceso electoral se intenta inyectar a los mexicanos. Es importante abrirnos todos a la presentación de los proyectos y las propuestas de cualquier candidato, no solo es nuestro deber como ciudadanos comprometernos con este análisis, sino que, después de tantos errores en los gobiernos, después de la desigualdad y la pobreza que hoy vivimos ¿qué es lo peor que nos puede pasar si decimos escuchar otras opciones de gobierno?
Intentaron sacrificar al tigre, pero solo lo provocaron, sus rasguños duelen, pero aún no lo sueltan.