Confesiones de un poeta anónimo
Carta de un asesino a la chica de sus sueños. En cuatro partes.
(muerte por estrangulamiento)
Sostenernos en el aire,
besar el vacío,
hervir la sangre,
hasta penetrar los rincones.
Pájaros sin alas,
mascada al cuello,
nuestro sexo asfixia la tristeza,
y se eleva por los cielos.
*
(muerte por inanición)
Morirse de espera,
mejor que un siglo en silencio,
hasta la última gota,
de un coito sin recuerdo.
Me pides que te alimente,
no de sal, no de azúcar,
basta abrir la alacena,
para comer de tu clítoris perfumado.
*
(muerte por ahogamiento)
Te bañas siempre al anochecer,
el agua ilumina tu cuerpo,
lo sé porque todos tus tatuajes,
fueron retocados por mi lengua de maestro.
Burbujas emergen del fondo de la tina,
es el oleaje de tu vulva,
abierta de par en par,
esperando hundir al mástil de nuestro amor.
*
(muerte por hemorragia interna)
Sé que lloras por él,
incluso pides plegarias,
pero no necesitas sufrir más,
hace meses que te engaña.
Ven conmigo a mi casa,
veremos cielo y abriremos vino,
brindaremos en honor del porvenir,
y de su apuñalamiento sincero.