Poemas de Joaquín Quincho

Lluvia de soles

 

…entonces comenzó a llover soles

el invierno no duró nada

y su sonrisa escindió el mundo en dos:

los que boquiabiertos morían de pie

y yo,

que tenía su sonrisa tatuada en la retina.

 

 

 

El niño nube

 

 

No es sólo por escribir

ni nada parecido

no hablaré de cosas que conozcan

que se hayan dicho o no antes

no es la historia de la humanidad

ni las historias de abuelos

invencibles abuelos

miserables de cientos

y miles de batallas

 

he de contar

la sencilla historia

del vendedor de papasfritas

del adolescente robusto

que lloraba magdalenamente

en la jardinera

de una avenida cualquiera

e inundaba su canasta

y por los agujeros

dejaba caer cataratas saladas

luciérnagas transparentes

que abonaban el pasto

 

Será la historia concreta

la que carcome mis pupilas

que no negocia con mi desvelo

o con esa fría tarde de domingo

que bien pudo haber sido martes

 

Dícese de un niño-hombre

que bajo la lluvia

se deshilachaba

como quien pierde la inocencia

y por fin se da cuenta

como quien avería

la máquina del tiempo

quien pierde su boleto

al jardín del edén

pero sencillamente

uno no se puede acercar

a preguntar sin convertirse en río

no cuando duelen las rotondas

los habitantes redondos

las prostitutas y su humo

no,

uno guarda una dolorida distancia

porque tal vez

el niño-hombre, el hombre-niño

llovía porque olvidaba lentamente

el nombre de su madre o el arco de sus cejas

o se le habían caído un puñado

de monedas plomas a la alcantarilla abierta

quién sabe,

quién podría saberlo

por eso preciso contarles su historia

esa que no conozco, que es otro enigma

esa historia que intento deducir

esa que me revolotea noche día

esa que sangro destilado

por los agujeros de su canasta

Esta historia que cuento

Para salvarme a nado

del diluvio del niño nube

 

 

 

Para el silencio

 

Ha olvidado cantar

su lengua se desgrana

ante el infortunio

de vivir para el silencio,

de ofrecer palabras,

monosílabos,

cifras ínfimas

a quienes sí cantan:

¿cuánto cuesta?

¿tiene de otro sabor?

No canta,

tararea o silba

con su mordaza incolora

ajustada a sus canas

A estas alturas

él lo sabe bien

la soledad

es una lluvia

que finalmente

nos moja a todos

 

 Semblanza:

Quincho Terrazas, Joaquín Armando Terrazas Ibarra, nació en Bolivia el 6 de mayo de 1984, es psicólogo de profesión y poeta de afición, empezó a escribir a los 13 años pero recién comienza a exponer sus trabajos en 2004 para un concurso de poesía universitaria organizado por la UAGRM, concurso en que obtiene una mención de honor . Ha participado en las revistas independientes “Cien de cien”, “Hematíes del alma”, “SC Fanzine” y la revista digital “Agitprop”. Actualmente es administrador en la página de Facebook “Poetas Bolivianos” colectivo de difusión de poesía nueva en el país. Co organizador de más de dos años de eventos mensuales de lectura poética libre, co organizador del “World Festival of poetry” el 2014, talleres de poesía y edición de la revista artesanal de difusión gratuita “OJO EN LA TINTA”. Ganador del 1er lugar en categoría poesía en la Expociencia 2014 de la UAGRM. Ha publicado en coautoría con Valeria Sandi los poemarios “1” (2013), “Ambidiestros” (2014), “2” (2015) y en solitario “Onirismos” (2015) publicado por Ediciones Jota. Invitado al festival internacional de poesía en el marco de la Feria del libro  Santa Cruz – Bolivia, 2016, Es miembro del taller permanente de poesía “POETANGAS” dirigido por Gustavo Cárdenas Ayad y Juan Murillo Dencker.