Poemas de Kaleb Gómez

PECES

I

Siempre medita el agua del acuario.

Piensa en el pez salobre y en su vuelo

reptante: breves alas de silencio .

JOSË EMILIO PACHECO

 

 

Nada el pez, silencioso, en su pecera,

cautivo en un espejo, pero libre

en una dimensión que no comprendo.

 

Pudiera ser un ave anterior a la luz

−anterior, es decir, a la palabra−,

planeando en un agua sin retorno

a la noche en que era poco más que un efluvio,

 

un olor delineado, intuido

por el sordo, invisible pensamiento

que precede al respiro.

 

Acaso sea un ave anterior a las nubes,

y el reposo que habría antes de todo

persista en su mutismo, en su voz inefable.

 

Ave acuática, el pez, es un misterio

como el eco de Dios, que ahora replica

en su mudo aleteo de serpiente.

 

 

 

 

II

De las aguas, los peces.
El abismo
es ahora dos veces
uno mismo.

ELISEO DIEGO

 

 

Un esbozo del mar que no conocen

se adivina en sus bocas.

Una o prolongada que no escuchas.

 

Se recoge el primero sobre el fondo,

se palparía a sí mismo,

si pudiera,

volvería la mirada hacia sí mismo,

mas la forma del agua lo condena

a quedarse tendido y siempre avante.

 

El segundo boquea en la superficie,

como palpando un mundo inconcebible

en el roce del aire.

 

Para él, en su nicho diminuto,

todo es espera,

 

un momento invariable

reducido a la forma que lo guarda:

cristal sobre el cristal, líquida cárcel.

 

Pestañea la luz en sus escamas,

y descubre un instante lo que al fuego

es la llama encendida.

 

En el agua serena del acuario,

tomados del abismo,

son ahora dos veces

 

eternos; más que peces,

un recuerdo de peces.

 

 

 

Semblanza:

Kaleb Gómez (Guadalajara, 1990) Es egresado de la Licenciatura en Letras Hispánicas de la Universidad de Guadalajara, ha colaborado en revistas y medios como La Cigarra, Rojo Siena, Espora y Crítica.