Urbanidad
si es de mal gusto escribir
con espuma en la boca
mostrar los dientes
de caballo delirante
aullar de día
cómo soñar
rayos de sol entre las ramas
sin avivar el hambre
de las hojas secas
cómo no guardar silencio
si cada vez que nombro un árbol
se pudre el fruto
Naturaleza muerta
Mi madre separa los desechos vegetales
para tirarlos en los panteones
que ocupan el jardín.
Son dos rectángulos que albergan huesos
de aceituna, corazones de palta,
ojos de papa, esqueletos de púrpura.
Los ocupantes están cubiertos
de moho blanco y verde.
Las tumbas huelen a trago dulce.
Sé que en la calle las ratas hurgan
cuerpos de jebe, mientras en casa la nube de moscas
viene al asalto de mi cabeza.
La sobremesa
Al fin llenos, fumamos
y bebemos al sol
para estirar la carne
soltar los huesos
pensar en las palabras
que regresan
tejer los títulos que atrapan
los cuerpos nuevos
la música que aliviará
nuestra ceguera.
Gajes del oficio
Esto de trabajar de noche
junto al río
de hurgar bajo piedras redondas
y entre la hierba larga
como taxónomo de arena
para relojes
Esto de renunciar a ropas
tras una sola puesta
la voluntad enferma de afonía
sobre la cama de papel,
de preparar café para las horas
de abstinencia
Tal vez migrar cuando las aves
en busca de mejores humos
y reescribir la historia desde cero
y la insaciable antropofagia:
la voz al revés
como de dios
Santo remedio
¿Recuerdas cómo era nuestro cuerpo
cuando aún éramos dóciles
como la manzana que el puerco tiene en la boca?
No te preocupes por el motivo,
cualquier excusa es convincente
e irrelevante, como la palabra del trueno.
Todo tenía cara y aroma de comida;
el pasto, la noche, la hierba.
La tierra entera en nuestras manos
y agua de mar hasta el pescuezo.
No cabe duda, los mejores días—
mudar de piel libera del remordimiento.
*
Indecisa, la langosta
evalúa las opciones
a través de la pecera.
Tras insufribles minutos
por fin llama al mesero y
señala al gordito de corbata roja
quien al instante es arrastrado a la cocina
mientras los otros recuperan el aliento.
Semblanza:
Carlos Llaza (Lima, Perú; 1983). Poeta y traductor literario. Graduado de las universidades de Edimburgo y de Oxford. Preseleccionado para el Bridport Poetry Prize (Manchester, 2012). Autor del libro Brame el fuego (Buenos Aires, 2009). Su trabajo ha aparecido en revistas como Periódico de Poesía, Buenos Aires Poetry, La Raíz Invertida, Circumference, entre otras. Actualmente trabaja como profesor universitario en Arequipa, donde vive con Matilda, su gata.