La última vez
en la oscuridad del cuarto
tu cuerpo contra el mío
la única luz
son las gotas de tu saliva
transparentes
como piedras suspendidas en el aire
conectadas por tu respiro irregular
hueles feo
aprietas una almohada sobre mi cara
porque no quieres escuchar
mi grito multiplicarse
mis iris rotos en cristalinas rojas
soy nada más que un cuerpo en el piso
comprimida
como una sorpresa desnuda
sueño
que te mato con el cuchillo de la cocina
tal vez, los sueños que repiten
no son retratos de inconciencia
pero realidades de alguien más
desde la ventana del bus
veo a alguien cargando flores
lis blancas enlazadas con una faja
en la faja está escrito paz
una chica me mira desde el espejo retrovisor
sonríe, canta una cumbia donde
un hombre busca su adorada por la montaña
para decirle
que lo que hizo no tiene perdón.
Tarde
Migas de pan dulce
húmedas
lágrimas tibias
de café con leche
abrazados
desnudos
dos siluetas deformadas
en el bordeaux mexicano
coger
hacer el amor
después
él se levanta para lavar los platos
y ella queda dormida en el piso.
Cuando las nubes aun eran frutas
es verano, la gente sonríe
un diente de león tras otro
abren sus grietas amarillas
yo, hambrienta de suerte sepultada
boca abajo en la yerba
busco mi trébol de cuatro hojas
desesperada
aplasto un helado contra mis pupilas
en el otro lado
no hay nadie
me tumbo en la alberca
me anestesio con cloro
soy grande y gorda
una ballena rosa
respiro
suspendiendo y expandiendo
dejó atrás círculos
ojeras de vainilla y fresa
en mi orbita
el agua huele a jazmín.
Semblanza:
Anna H. Malmi ( Turku, Finlandia 1988). Máster en Sociología y Políticas Públicas (Lund Universitet) y Máster en Estudios de Género y Cambio Social (Linköping Universitet). Investigadora independiente en políticas públicas, migración y género. Actualmente realiza un proyecto sobre feminismos mexicanos, la raza y el racismo. En su tiempo libre escribe y lee poesía.