Poemas de Andrea García

Heráclito llora

Heráclito llora,

melancólico devenir

que nunca pasa,

río mortal que se eterniza

Heráclito llora,

es un río de lágrimas

que predijo a la modernidad,

marginación del surrealismo

Heráclito llora,

porque esa modernidad es un río

que siempre es el mismo,

eterno retorno de lo igual

Heráclito llora,

no se defiende las leyes como muros

se levantan muros para no cumplir leyes,

esclavitud liberal

Heráclito llora,

porque los ímpetus de la injuria

no se apagan

sino que se avivan con el odio

Heráclito llora,

porque no hay ríos que cesen

el incendio del capital…

muerte del arte

Heráclito llora,

río sin devenir

el tiempo mutó en reloj

que la gente mira todo el tiempo

Heráclito llora,

porque la vida no es devenir

es implosión,

 una muerte diferida

Heráclito llora,

porque la vida es máscara

un laberinto que perdió la salida

un mito hecho mercancía

Heráclito llora,

porque en tiempos modernos

se hace de la lluvia sequía,

ya no hay ríos de sueños

Heráclito llora,

 depravación de las costumbres

gobierno fetichista

que el pueblo mismo elige

Heráclito llora,

ya casi nada proviene del fuego

las cosas se resuelven a golpes

y no con las llamas del deseo

Heráclito llora,

ya nada está lleno de almas

sino de demonios

que ocultaron al sol

Heráclito llora,

se padece un mal del corazón

generaciones de contrarios

guerra de competencia

Heráclito llora,

los modernos aprenden muchas cosas

pero no instruyen la mente,

fetichizan la educación

Heráclito llora,

el mundo ha mutado hacia abajo

pero la sangre no se vuelve licor

y hay quienes morimos de sed

Heráclito llora,

sus lágrimas son un río

 juega a los dados

y le duele la suerte del mundo

Heráclito llora,

y es un eterno río perecedero.

¿Cuándo reirá inspirado en Demócrito…?

¿Cuándo reirá como caudal pletórico…?

No sabemos,

pero Heráclito llora,

hagamos que el río sea otro,

otro mundo, otra humanidad.

*

*

*

Naturaleza sedienta de poesía

A la conciencia…

que nos llama a nuestra verdadera naturaleza.

En este mundo

tan codificado por la inmundicia,

donde no hay manos que regalen

pequeños vuelos del espíritu,

donde la gente tiene prisa

por llegar puntual a la cita con su opresión,

donde la sangre es un mar de llagas,

donde hay quienes,

y son muchos,

sufren un calvario por el proceder canalla

de un sistema que nos jode a todos

pero al que todos damos de beber.

Ahí,

hoy,

donde no hay pan ni vino,

ni nada,

más que penuria y sed,

hoy la naturaleza tuvo suerte

ahí donde no importa el brotar de la physis

sino sólo la acumulación de los bolsillos,

la vida se abre paso

en plena noche del mundo

aun sin oscuridad

sin estrellas que nos guíen,

donde no existe consideración

sobre lo que no es dinero,

ahí,

hoy

un golpe de suerte

oxidó un tubo de líquido vital,

en un mundo tecnificado

donde los vínculos de amor

son arena entre los dedos…

¡ahí surgió un oasis citadino!

Donde la estampida de los coches…

pasa indiferente

donde la gente siente la herida como algo natural,

si es que se percata de la aflicción,

ahí la naturaleza tuvo suerte

¡y bebió sedienta el elixir de la vida eterna!

ese que el capitalismo no le da

sino que le arrebata para hacerlo mercancía

y que nosotros bebemos

como si fuese la vida misma,

a chorros de inmundicia.

Sin duda fue Prometeo

quien robo ese fuego

y le dio de beber eternidad…

quien irrumpió la penuria

con un claro transparente

dador de vida,

y ahora el verde brilla con la alegría de existir

a pesar de todo,

se siente el viento del alma cantar

se respira el amor de las plantas en su renacer,

y todo porque un descuido humano

les cambió la vida,

dejó oxidar su tecnología.

Más transformar esta realidad mezquina

no debe ser error o cuestión de suerte

¡hay que dar hasta la vida!,

hay que dar un cuidado humano

que le cambie la vida

a una physis que se oculta de vergüenza

por la humanidad,

a una physis que ya no ama el ocultarse.

Y no obstante brotar

aferrarse a la vida

como un instante eterno sin parangón,

dolor de existir que no es natural.

Hoy la naturaleza tuvo suerte,

pero no siempre es así.

No se trata de sobrevivir

¡sino de vivir!

¿Qué estás haciendo humanidad?…

¿A dónde llevas el planeta entre las patas?…

Destruyendo el mundo

por desfase prometeico

que implora po-ética

que implora en la corriente

de la errabunda existencia

una orientación

una estrella,

y,

algo más…

más que suerte y descuido.

Más por suerte y por tragos de amor

no ha ocurrido el estrago del fin del mundo

aún,

aún estamos a tiempo,

de suspender estos tiempos inmundos.

Cambiar la realidad profana y marginal

no puede ser dejado a la suerte

no es por azar que la era se esté muriendo

de sed de vivir.

Pero el poema no acaba aquí,

tú,

inhumana humanidad

cambia la suerte de la physis

escribe otra historia,

canta un poema natural

¡haz justicia poética!

y escribe otro final

donde hasta la muerte,

la vida brote sin cesar…

 

Semblanza:

Andrea García. Ciudad de México. 29 años. Egresada de la carrera de pedagogía, por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Actualmente realizo tesis para obtener el título de licenciada en pedagogía.