Poemas de Adán Echeverría

No tengo tiempo ya para la momificación

 

el cuervo se ha ido a nuevos cementerios

y el día es tan transparente

que preludia un asesinato

Esos poetas que corren de cuerpo en cuerpo

Atragantándose ¿quién los recuerda hoy?

Ya no tenemos tiempo para adorarlos

el día se nos va en despedazar a los vivos

a los que habitan hoy los periódicos y las revistas

No en revisitar las tradiciones

te lo juro

con sus palomas y sus cítaras

van diciendo: hey Bonita

eres una sombra calidúlcica

que no tiene promontorio

¿y el feto?

En el feto todo es formativo

acércate y escúchalo

 

***

Antes del plenilunio está la cabellera

 

y ésta rueda de mi cráneo

sobre la más escandalosa e irredenta plegaria

que rasca debajo del colchón

Te adoraré has dicho

y una risa hienética surgió a contraluz

de ese crucifijo que me cuelga

Ay cómo me está colgando esa cruz de migajón

Las amapolitas quieren cortarse las palabras

e ir al dos por tres por cuatro

pero siempre completas siempre

y claro que sí

Sin faltarnos al respeto

Nos hemos sacrificado tanto

y el sol sale y no hay remedio

De nuevo estamos despiertos

para soportarnos la mirada

las distancias mutuas

del ensimismarse

Si ya nada nos divierte

para qué forzarlo todo

Hay un recuerdo lumínico

así sea

hagámoslo por él

y dejemos a la luna aullar

y que el calendario gire su rueda cósmica

Esto del fin del mundo

tiene que ser una broma

El fin está marcado justo al momento

de azotar la puerta

 

***

No puede ser tan franco y estremecedor

 

para la incomprensible sauriés

que se repite en cada rododendro

Agitaremos siempre los palmareses

y el céntuple centauro

seguirá royendo calaveras

Sabrá decir que sí

que si le entra al encontronazo cultural

en que todos acabaremos por despreciarnos

eso sí

el que no le guste puede tomar su ropa

y agitar el semicírculo

qué más da

Qué nos pueden importar

estos copos de nieve tan únicos

o el vaso de dios

o el verso de dios en dios

y aquel venero supernatural

Vendrá aquel cíclope a jugar

con el cadáver de nuestra tristeza

en esta muerta sutileza del adiós

 

No puede ser tan franco y estremecedor

eso de los tenedores que nunca nunca

nos sorprendieron desnudos en la cama

clavados en el omóplato

detrás de la cortina de aquel pestañar

tan álgido por culpa de las medicinas

Quédatelos

y quédatelas todas

las culpas vamos

La casa vacía será nuestro amuleto

para salvarnos el uno contra el otro

 

Semblanza:

Adán Echeverría. Mérida, Yucatán, (1975). Doctor en Ciencias Marinas. Premio Estatal de Literatura Infantil Elvia Rodríguez Cirerol (2011). Premio Nacional El Búho 2008 en poesía, Nacional de Poesía Tintanueva 2008, Nacional de Poesía Rosario Castellanos, (2007). Estatal de Poesía Joven Jorge Lara (2002). Becario del FONCA en Novela (2005-2006). Poemarios El ropero del suicida (2002), Delirios de hombre ave (2004), Xenankó (2005), La sonrisa del insecto (2008) y Tremévolo (2009); Cuentos: Fuga de memorias (2006) y la novela Arena (2009). Compiló en Disco Compacto Del silencio hacia la luz: Mapa poético de México. Autores nacidos en el período 1960-1989 (2008).