Poemas de Adán Echeverría

La vida es efímera

Uno nunca va a valorar la vida hasta que

tiene una pistola encima del hueso temporal. 

¿Y qué puedes hacer?

¿Acaso llorar por los que te pierden?

¿Acaso rogar porque no toquen a los tuyos?

La violencia en este país es tal

que desea tenerte de rodillas en manos de cualquier chamaco

con un arma entre las manos

Chamacos que no saben absolutamente nada de la vida

que no conocen más que unos cuántos callejones

de su ciudad

algunas brechas para llevar a la gente que secuestran

y golpearlos

Ineptos que apenas saben obedecer a quienes les tiran

pequeñas sobras como premio por ser tan buenos perros

y nada más

Nada saben de una noche en la selva de Calakmul

ni de un viaje a través del Golfo de México

Nada saben de subir al Castillo de Chapultepec

o de bajar a las entrañas de la tierra a través de una gruta

Solo hablan de armas, sexo, y la violencia en la que se

sienten superiores

Una pena esta pobre juventud de zombies sicarios

que nada valen

Y cuya esperanza apenas se ve como un horizonte

que tal vez les permita alcanzar los ¿30 años?

Pobre juventud cuajada de cobardes asesinos

incapaces de enfrentarse con los puños

uno por uno.

*

Legado para mis hijos

Tengo 5 hijos

el mayor tiene 16 años

el menor año y medio

¿qué cosa tengo para dejarles?

Nada

La nada es aquello tan patético en su definición

que siempre le damos mal uso

¿Cuál será entonces mi testamento mi legado?

Solo esta pobre carne que deambula

y ha deambulado 43 años

No soy bueno para los consejos

jamás los he dado ni los he seguido

la vida siempre ha sido una aventura

un arriesgarse a llevar la muerte en las orejas

un saberse siempre perseguido

por todos los otros que no son más

que el espejo en que me miro

Yo soy el más terrible enemigo
Yo soy aquel que se arriesga a sí mismo

en cada acto

Y esa ha sido mi libertad

que de poco me ha servido

Con los golpes en los muslos

las nalgas las espaldas

con los ojos vendados

¡me han quebrado!

Cada sonido en la puerta de mi casa

me hace recordarlos

Me parapeto en mi habitación

esperando porque lleguen de nuevo a por mí

¿ya caso tengo cómo defenderme?

La palabra no ha servido como trinchera

no es un escudo útil para la violencia que

afecta mi cuerpo

Me he desmayado

He suplicado no por mi vida

sino por mi muerte

Porque paren los golpes y venga ya la sangre

o el disparo

Y me he dicho en los internos:

¡Señor, quédate con ellos, con mis hijos

con sus madres!

Se lo inteligente que son todos

lo capaces que son para salir adelante

Porque la vida hoy se pone frente a mí

y apenas balbucea su burla:

¡Ay Adán, ya estás viejo!

¡Ay Adán, ¿qué cosa has conseguido en estos años?!

No vales ni los golpes que te han entregado los verdugos

No vales ni la cárcel.

¡Ay Adán, tienes cinco hijos

y ninguno rodeándote los brazos!

Y es verdad

Esto es lo que soy apenas

este amasijo de carne y huesos estropeado

esta voluntad quebrada

esto que cualquier persona puede denigrar

Me decía alguna vez una persona:

¡Cuando digan algo de ti, por más malo que sea,

tendré que creerlo!

Y eso somos

fantasmas de nuestra propia personalidad

rehenes de nuestro propio constructo

De aquello que nuestras letras promulgan

y aquello que nadie sabe con certeza

¿Cuántas horas más nos quedan?

¿Tendremos miedo el resto de los días?

y eso implica

¿abandonar la escritura

ceder ante los otros que quieran pasar encima

alejarse de los ideales?

¡Jamás!

Mi valor apenas abarca la palma de mi mano

Pero ellos lo son, mis hijos lo son

mis niños lo son, mi niña lo es

cada uno de los besos que nos dimos

los pocos los muchos

los abrazos y las caricias

las miradas y el sostenerlos en brazos

Eso ha sido todo

Eso lo es todo

Aquellos días que jamás volverán

No te cuento esto, hijo, para que tengas miedo

Sino para reconocer que tu viejo no es aquel superhéroe

que supones

Porque a tu viejo pudieron secuestrarlo

amarrarlo, estropearlo

¿y a tu viejo le han regalado la vida?

¿o acaso lo han privado de recibir la muerte?

Morir es la cosa más sencilla

queridos hijos

y mírenme que ahora se los digo

Te puede matar cualquier cobarde

obedeciendo órdenes.

Vivir es aquello que exige voluntad y riesgo

Jamás lo olviden.

Para morir cualquiera

Para vivir apenas un puñado de hombres y mujeres

dignos de admiración.