Allá en el tiempo en que la ramas eran parasoles; los niños astronautas para conocer galaxias, y se usaban de globos de jardín para sujetarlos mientras paseaban, allá en los tiempos en que el mecate suavizaba pieles y tendía camas, las redes eran de liana y el pescador hacía revoleras al amanecer; allá en el tiempo en que te abrazabas a una pierna y esa alianza era tu pilar y seguridad ante lo extraño, cuando se hincaban a la tierra para hablar y mirarte de frente, cuando se podía descansar de las preguntas del Universo, allá cuando seamos nuevos, las flores y lagartijas otra vez hermanos de nuestro mundo; en el tiempo en que los besos son promesa de amor, las palomitas ora proyectiles ora adornos y luego alimento, allá cuando volábamos descalzos en los adoquines, las pulseras de madera nuestro juguete metamorfosis. Allá… el mentol era un segundo de maternidad, el abrigo de papá en una noche de frío, allá cuando fuimos ignorantes habitaba la poesía.