Todo lo que besas es el aire
Ayer, ahora, quizás nunca más,
como cuando hacía cara de pato,
duck-face, enamorado/face, tonto “face”,
cuando mis labios crecían,
hasta el borde del horizonte.
Y mis brazos en el frío se contraían,
cerca de mi pecho, aún sin tragedia,
pequeñísimo e inofensivo T-Rex humano.
En un lugar sin nombre, sin memoria,
ya sin importancia, imagen de antaño.
Así yo las noches, las tardes, la vida,
sin saberlo, sorteando ruinas y rastros,
y la tierra, y el lodo, persiguiendo huellas,
el aire dónde estuvieron tus palabras.
Buscándote, con mis labios postrados
persiguiendo tu ausencia, besando el aire.