Holocausto
Ojos de piedras,
en el corazón ningún efecto,
el hielo se paraliza en las miradas
esculpidas en caras amorfas.
Todavía deambulan
espectros de huesos,
en el invierno de la humanidad
deslizan sus sombras.
Niebla para tapar
el infierno del mundo.
Neblina para no ver
los fantasmas conducidos
bajo cielos que callan
viajes sin regresos.
Se va hacia la tierra de nadie,
donde el llanto de un niño
no sé escucha
y los suspiros de las mujeres
huelen a muerte.
El vacío llega
desde las fronteras del tiempo.
Vidas que aún arden
en gritos que se pierden.
El fuego tapa
las bocas de cenizas
y Shoá es solo un nombre
manchado de sangre.