Poema de Wilberth Alejandro Rejón Huchin

Sin título V

 

Bajo la brizna de la infancia

Un jazmín llueve en su espalda

Y se connotan las imágenes como fulgor

De otro lago que mece las sombras

En el agua del tiempo.

 


Sin título VI

 

Un diamante estalla en los ciruelos,

anida las ramas de la psicosis oculta en el sueño del páramo

que piensa la textura del borde en el reflejo.

la luz se desliza en la memoria del acuario,

es una carne blanca como la lluvia que juega

con la sal de los jilgueros,

como la noche entrando en el espíritu de las aguas

en medio del sueño

el punto inaudible de su sangre forma los espejos

a orillas del trueno que lo apacigua todo,

que une el fulgor de las formas que se buscan

en la exhalación de los adentros.

 

 

Caudal óptico

 

Una parvada de signos deglute con sus cristales

el estupor que se ilumina.

el oído del diluvio deja abierta la jaula de sonidos

que flotan en el borde de la imagen.

se desdobla un espejo en el fondo de la vista:

hilos de piel costuran los símbolos.

 

 

Lago volátil

 

Las mujeres saben que el sueño

descalzo sobre el umbral

no es una piel de algo

sino la espora deglutiendo

todo el paisaje inamovible:

la nieve que es líquido vientre

de flor eyaculada desde la superficie.

se vierten desde las bisagras

como un diluvio que consagra toda la

amputación del cardumen,

y piensan el latir desde una sombra que arrecia las nubes,

acarrean todo hasta ese arroyo

donde sangran las espigas,

dejando el todo al aire:

ciénega retratada.

 

 

Canción del sueño

 

La nada se entreteje con los parpados del aire,

llueve como hilera entre el envés de los sueños.
Aquella hilera dulce de joyas y escamas

ya no acongoja tu vientre,

se ha vuelto salitre de luz,

impávido surco que se extingue de mareas.

 

Cierro la memoria.

En este borde flotan riscos que se extienden hasta el alma.

Flotan pies que se abren con las nubes,

Se detiene un círculo entre la niebla,

Dibuja sus manos con luciérnagas de agua.

 

Hay una ruina líquida detrás del sueño,

Tus cabellos se mecen,

Moléculas explotan en el incesto de los astros,

El ángel se incinera la vista con sal y opio.

 

Las hileras han vuelto, amor,

los días caen a mis espaldas,

Entran como silbidos en la migraña de la casa,

Y nosotros,

Otro pliegue entre el agua de tu sombra.

 

 

Semblanza:

Wilberth Alejandro Rejón Huchin (Mérida, Yucatán, México). Estudiante de la licenciatura en literatura latinoamericana en la UADY. Ganador del primer lugar en el X y XI concurso estatal de poesía de los colegios de bachilleres de Yucatán (auspiciados por el sedeculta). Fungió como editor de la “antología de poesía yucateca contemporánea” publicada en la revista circulo de poesía. Ha publicado artículos y poesía en revistas como: Circulo de poesía, Letralia (de Venezuela), Triplo v (de Portugal), Almiar (de España), Morbífica, Monolito, Revarena, Bitácora de vuelos, Revista sin fin (del estado de México), carruaje de pájaros, Rojo siena, a buen puerto, Mal de ojo y letras s5 (de chile). Dirige la revista de difusión literaria “Marcapiel”. Terminó el taller “Grandes poemas del siglo XX” impartido por el escritor José Díaz Cervera. Fue incluido en la antología de poesía hispana “nómada” (2016) y en la antología virtual poetas del siglo XXI. Es fundador junto con el poeta chileno Rodia Ibaveda del grupo surrealista “Agartha” y miembro activo del colectivo naufragio.  Recientemente fue becario del Encuentro Regional de Literatura Los signos en rotación 2016 del Festival Interfaz de ISSSTE-CULTURA, en Mérida, Yucatán.