Poema de Viviana González

Las edades de las mariposas

Cada piedra dice:

«¡Dios está muy lejos!»

Federico García Lorca

La presencia de dios a esta edad

se vuelve ilusoria

apretamos el botón de pausa a la dicha

y le damos play solo a veces

momentitos

hay cercanías en la infancia

(de suciedades manifiestas)

parecidas a una comunión numinosa

sudores que son lluvias

y mocos pegajosos

largos como gusanos

un pañuelo sucio escondido entre sus shorts

no grites

no corras

el pelotazo

los tenis que no pueden estar sucios

que no deben

el jabón en tus ojos

risas

la burbuja que se revienta

carcajadas

yo alguna vez tuve su edad

mis mocos eran árboles de mandarinas

verdes y acuosos

mi nariz un baúl de semillas

de frutas de invierno

un libro de poemas

que ahora huele a viejo

mi hijo no entiende

la dedicatoria de un amor evidente

con epígrafe de lorca

un joven medio macarra que me amaba

y al que amaba con locura

estos zapatos los uso siempre

mi madre no sabe de ellos

ya no es su asunto

a mi hijo

le sale un dedo que quiere ver el mundo

(como él)

por la punta del calzado

no salgas con ese tenis

(qué dirá la gente)

pero nunca me escucha

se mete el dedo en busca de mocos

y se ríe

pienso el árbol frondoso de mandarinas

dulces

de mi nariz

nos sonreímos

todavía alcanzo a escuchar el eco de un dios

hay un cachorro lejano

luciérnagas lo iluminan

salta

las tres niñas del parque soplan burbujas

el cachorro las muerde

se llenan de bacterias de perro

el perro se llena de todo

sobre todo

de algo muy parecido a dios

el hombre de mi lado mira su celular

mientas su hijo le muestra piruetas

que no ve

un gol

la chilena

el faul

la vida que pasa en el parque

a las cinco en punto

las edades de las mariposas

dios

yo

se me hace tarde

hay un vacío en la madurez

sin la presencia de dios