Los paraísos
Soy
Hija de la madrugada
Desde el cuerpo de mi madre
salté
hacia manos
que me recibieran
Caminé agarrada a una escoba de juguete por primera vez
Y tuve mi casa en un paraíso
Junto con un hijo de plástico duro de ojos celestes y cejas pintadas
Al que odié desde el día del regalo y arropé y le di a comer lirios de las plantas que bordeaban una parte del patio.
Mi madre lavaba ropa en la batea
restregaba sus nudillos contra las camisetas de los cuerpos enemigos que las habían ensuciado
Yo destruía vestidos de la abuela y
le ponía seda y encaje floreado a mi niño,
cuánto piojo por favor se quejaba mi madre y mis uñas se clavaban
En el quejido
donde anidaban las moscas buscando
y la tierra era de sangre suya en la sombra de ese árbol
después
hubo inundaciones
y después de eso
cuando los pájaros se preparaban para anunciar la lluvia nos daba arcadas la naturaleza
mi padre fumaba en pipa debajo de un paraíso
mi padre fumaba con filtros
armaba cigarrillos
mi padre
agarraba el fuelle
después de la siesta
se iba
me dejaba seguirlo,
no teníamos plan
Entonces esa vez
huíamos de un pueblo con nombre de general que extermina
y los días eran patos de laguna comiendo lo amarillo del horizonte,
una tranquera, los algarrobos, el chañar, el chasis, la rueda cerca la raya blanca, la noche
metida en la cabina
del camión,
sucesión de luces, banquinas, mojones
y tuve mi casa en un paraíso
Junto con un hijo de plástico duro de ojos celestes y cejas pintadas
Al que acuné para dormirnos y le di leche de vaca recién ordeñada, le impedí que creciera
Nunca
Soy una mujer
una niña
las que fui y no seré
no sé
palabra es posesión
digo Soy Casa y me habito
el orden de lo práctico, cabe como miniatura extrañísima en algunos rincones
una selva en maqueta, que mis dedos no llegan a
tocar
Soy Ave. No dudo
vuelo
detengo la noche.
Junto los trapos del tipo,
ahí en la calle
y le tapo los ojos
pero la noche es otra cosa y no la entiendo
me abrigo y ruedan racimos de frutas en mi patio
se tocan y susurran
en una algarabía contra el sol
maduran
saltan gajos de los paraísos con bolitas que serán más árboles
adentro me crecen
coronas rojas
doradas
soy lengua, labios, huecos tibios
este nombre y otro y otros miles de otros
la que habita mi cornea
Soy cuerpo
principio
pasto seco, territorio llano y en el centro
mar huérfano y caricias
un nombre, yo, la cama
los ojos de un mundo que duerme a mi lado.