Poemas de Rodrigo Solórzano Velázquez

Mesoamérica

I

Su lengua no coincide con la época

 

Pero la memoria colectiva percibe

en sus rasgos físicos el sólido

y cruel temple de la historia

 

La gente se ve y se escucha así misma

sin pronunciar el español

 

Le es ajeno el vocablo

pero sabe que le fue propio

 

Arrebatado por un león

 

II

Al connacional le enseñaron a

conjugar en tres tiempos

 

Fue al catecismo

 

Aprendió  a persignarse al escuchar

la palabra de dios

 

Lee y escribe en hispano

 

Se ha vuelto ajeno al recuerdo

a la pronunciación

a la lluvia del dios Tlaloc

 

 

El campo y la ciudad

 

Los pueblos indígenas son los olvidados de siempre

Para el poder son ellos la historia muerta de México

 

Son apenas un pasado que a veces se reivindica

en los discurso en los museos y en los poemas

 

Los spots televisivos los muestran como una

curiosidad hermosa

Llena de colores y misticismo

Sin ninguna realidad de su habitual jornada

 

Los ojos de la ciudad tienen corneas desgastadas

por la preocupación     la retina untada de cotidianidad

Una pupila que ha sido lastimada

por la necesidad y el fastidio

 

Por eso nos cuesta trabajo verte y vernos

Compréndenos tú también hermano

 

Al igual que tú nosotros padecemos

la indiferencia de la gente

 

***

Laceraciones

 

El hombre de Dubái y de Chicago es portador del virus

 

Las guerras Púnicas y las guerras Macedónicas

registraron en sus anales las lesiones

del condiloma      Los antiguos romanos apodaron

al absceso con el nombre de higo      Y el emperador

Julio Cesar  las considero como un signo

indiscutible de prácticas anales

 

En la edad media disminuyo la incidencia del papiloma

humano a causa de las extremas manipulaciones religiosas

 

Pero fue hasta la guerra de Corea que se constato

su transmisión sexual para comenzar a investigarse

a dilucidar su basta existencia sobre la tierra

La cienaga

 

Las jardineras ya conocen la corrupción de su agua

 

Estancado y verde    opaco     gris     lleno de plásticos

amenaza con volver a inundar las calles

con su cenagosa materia

Los habitantes de la periferia poseen

 en sus recuerdos la densidad y espesura

el aroma fétido y la arrogancia de su irrefrenable

cause negro

 

El rio capaz de propagar enfermedades  va acumulando

por desdén del hombre pedazos de cartones

Rastillas   botellas de viejos tenis   trozos de plástico

Carácter suficiente para que  la vida ante su  presencia

se opaque

 

A logrado intervenir en el desarrollo de los habitantes

en el vuelo y en el espíritu de las aves

Hoguera negra       arrastras contigo los excrementos del hombre