Poema de Rodolfo Zamora Damonte

Obra construida

 

Por cada parte del espejo roto haré una promesa para no perderte.

Una de ellas tendrá lo magistral de quienes tenemos códigos,

hasta cuando dejamos de descifrarlos.

Otra será esbelta, llena de futuro y encinta de cariños tanto propios como extraños.

Puede que la más pequeña carezca de la majestuosidad

(que el trozo más grande espejo le demanda)

pero será la más importante;

en ella estará mi capacidad de extrañarte y que no lo notes.

Al lado, como en acompañamiento cóncavo;

la promesa de bajar la guardia y dejarme tomar la mano en público.

Más abajo, en el trocito que más se asemeja a un trapecio,

estará mi necesidad de bajar mi ansiedad al esperarte en la puerta.

Haré un poco de artes plásticas y pintaré algunos pedacitos del vidrio,

serán azules porque no tengo color cian disponible,

reflejarán que hay una parte oscura pero agradable del amor,

esa que nos gusta cuando los chicos duermen la siesta.

Querré hacer un bizarro mandala que simbolice nuestra unidad,

abajo, en la base de los trozos de vidrio, pero me saldrá a medias…

Porque por ello realicé todas las estructuras,

Todas las promesas para no perderte,

Aun ya habiéndote perdido

Y limitándome a mirar mi obra;

Mi espejo,

Y mis posibles siete años de desgracia.