Poema de René Arenas

Semen o lumbre

pesa sobre la calle,

o pasa dibujando

laureles alas

de fiero

 

hidrógeno. Una corteza

de oxígeno expira al centro

del diluvio y los calambres

del ambiente

 

se siguen extendiendo

en los colores de la ventana

como pirotecnia y fiebre

distendida.

 

Nadie sale. La humedad

clava colmillos en el corazón

de la mesa.

 

Semental, acuífero

silencio. Caballo de niebla

en el pensamiento.

Cierra los ojos.

Deja entrar el agua

entre las grietas

 

de las manos. Los

cascos de la tarde re-

suenan luidos, desgranan

piedras, semillas, polvo

diminuto.