Poema de Mónica Castro Soto

Después de la vida

 

En el centeno se quedan los recuerdos,

en las espigas como cuando tocas

todo es efímero,

en el centeno porque hoy me siento como tú

Holden, entre el suelo y el vacío de la vida,

pero las espigas detienen nuestros sueños,

aferrarnos a ellos o caer,

y una voz melodiosa nos clama para no perdernos

es tan difícil,

y no podemos más,

solo los lazos de sangre pueden salvarnos,

la poesía madre nos consuela,

nos lleva a ver lo bello de todo,

las frases de una estrofa nos rescatan,

detrás del teléfono no hay nada,

todo está aquí en nuestra alma,

y dedicarnos a escribir sobre lo bello

del centeno, queda entre los dos,

como una carta de bienvenida y despedida,

que es el inicio y el fin,

ser un guardián.