Poema de Mario Islasáinz

Del libro En tu nombre 

publicado por

Editorial Capítulo Siete.

 

 

Para Don Mario, mi padre, in memoriam

 y para todos aquellos huérfanos como yo.

 

 

Llego a tu casa al amanecer

y te veo sentado en la silla blanca

releyendo los periódicos de ayer,

de pierna cruzada,

con las viejas chanclas calzando

tus pies vestidos de mariposas;

tienes puesto el pantalón

color del jardín y una camisa

a cuadros que cuelga en tu viejo perchero:

era de uso diario matinal.

Tu saludo de siempre,

la cordialidad y tus ojos de cielo

dándome una mirada de amor

ante lo que sé, soy bienvenido.

Tu esposa aún duerme,

la radio que odiabas y que

llegó a gustarte tanto,

suena a medio volumen.

Dejas los diarios a un lado

y ocupo la silla de junto

sintiendo los rayos de sol

que eran para ti y ahora

calientan mi cuerpo.

No estoy solo,

levanto los periódicos

para recordarte.