Los padres no siempre tienen la razón
El día del disparo no había motivo
para que mi padre diera un paso al frente
mientras le apuntaba una pistola
una bala un dedo nervioso.
El proyectil debió desviarse por arte de magia
y no volar recto como ave de pólvora entrenada para el vuelo.
A partir de entonces el padre fue un charco de sangre y un manto verde
[encima
y la herencia de madre un manto verde manchado de sangre.
Al padre le gustaba la música ranchera. Oía bajito
corridos de Pancho Villa y la División del Norte.
Dicen que Villa violó mujeres y mató inocentes.
Si a mi padre no le consta a mí menos. Y si Villa viviera
aplicaría la ley fuga a la bala que se llevó la vida de mi padre.
En medio de la calle los perros ladran y la luna no deja de llover.
Semblanza:
Margarito Cuéllar nació en Ciudad del Maíz, San Luis Potosí, el 10 de junio de 1956. Ensayista y poeta. Radica en Monterrey desde 1973. Estudió periodismo y una maestría en artes en la Universidad Autónoma de Nuevo León. Dirigió el Archivo Histórico Municipal de Santa Catarina, Nuevo León; editó las revistas Oficio y Momento. Ha colaborado en Armas y Letras, Aquí Vamos, Deslinde, El Heraldo Cultural, El Norte, El Periódico, Frontera Norte, Generación, Hogaza, La Cultura en México, Nexos, Plural, Revista Mexicana de Cultura, Revista Tamaulipas y Revista Universidad de México. Premio Nacional de Poesía UAZ 1984 por Estas calles de abril. Premio Pedro Garfias 1993 por Saga del inmigrante. Premio Nacional de Poesía Ramón Iván Suárez Caamal convocado por el Ayuntamiento de Calkiní, Campeche, 1993. Premio Nacional de Cuento, Ayuntamiento de Campeche, 1997. Premio de Poesía convocado por Radio Francia Internacional y HJCK de Bogotá. La Universidad de Nuevo León lo distinguió con el Premio a las Artes en los rubros de poesía y ensayo. Ha traducido textos de Manuel Bandeira, Carlos Drummond de Andrade, Murilo Mendes, Thiago de Mello, Cecilia Meireles y Vinicius de Moraes.