Son
Odio a todos los que aman
y que felices están.
Hector Lavoe, Qué lio
Borracho del aroma que dejaste así, tan sin dolerte,
rodeado de cajones, de pedazos de mi casa
a los que ya no acudo
porque allí se esconde
lo más bello de tus frutos
arrinconado en mí
herido de aguardiente
odio a todos los que aman
y que felices están
y voy, en ebriedad tranquila
a restregarles en la cara mi desprecio
porque yo
no puedo tener
ni amor ni casa mía
y porque vengo
a darle un trago a mi deseo
y a cantar, en absoluta soledad
que no le tengo
miedo
a recordarte.