Sin pájaros ni madreselvas
A Benjamín Anaya
Pasaré por tu calle como por tu cuerpo
con un poema desnudo de toda enciclopedia.
Quién soy yo para nombrar tu claridad
en un amanecer que se sonroja
boca de mirlo con sed y sin abrigo.
Para ti no tengo coartada, ni gloria, ni infinito
no tengo amaneceres, ni pájaros, ni madreselvas
no tengo avestruces en cuyo vientre acurrucarte.
Para ti no hay espinas, ni aduanas, ni soldados
no hay sombras, ni famas, ni gorriones
no hay púas, ni codornices en el estómago del día
para ti sólo tengo mi vocación de gaviota triste
mi vuelo
y voluntad de arena.