Ilusión
Recuerdo su tacto, su voz. Me había mirado de esa forma tan peculiar, con aquellos ojos que se sumergían en los míos.
Aún lo recuerdo.
Incluso ahora, rodeada de sangre, con alas ajenas, con manos y pies atados.
No era yo, ya no.
Nunca fui yo.
Me miro en el espejo. Observo al no-reflejo. Me contempla y me sonríe. Se marcha. Me difumino.
Desaparezco.