Caída libre
¡Adiós!
Sí, eso es todo lo que diré.
Adiós, y no más.
Tampoco menos.
¿En verdad lo dije?
¡Ay, maldita sea!
Quizá debí decir algo más inteligente…
En fin, ¿qué más da?
Nadie lo habría escuchado de todas formas.
Y ahora todos me miran.
Todo el mundo habla de mí.
La Torre Latino jamás fue tan popular desde PEMEX.
“¡Mira, un loco se aventó!” dirán.
“¡Cuidado, nos caerá encima!” pensarán los de abajo.
Algunos jóvenes idiotas me idolatrarán,
incluso seguirán mi ejemplo;
ya los veo aventarse por un ideal…
o una moda, ¡eso es!, impondré una moda.
Al menos, algo bueno saldrá de esto,
aunque, claro, yo no estaré aquí para disfrutarlo.
Me habrían entrevistado,
me habrían hecho película.
¿Quién hará mi personaje?
Seguro un actor que nada tenga que ver conmigo;
mi personaje no seré yo:
su historia no será mi historia.
¡Maldita sea!
El mundo es una porquería.
Ya ni a la muerte respetan.
Con tanto problema,
con tanta pobreza,
con tanto pinche desmadre,
yo no quiero estar aquí.
Pero mi esposa,
y mis hijos…
¡Pendejo!
¿Qué hice?
¡Ay, no!
¡Dios mío!
Por fav…