Poema de Kattia M. Soto Kiewit

El ave cae amordazada

Me oculto de estos instantes, cuando el corazón se agita de miedo, de angustia, contando y cantando… “Tú 13, yo 14; tú 13, yo 14…” Y veo salir del rincón de la noche las plumas del ave que se acurruca en la piedra fría y se amordaza el canto, el ave que ya no sueña con volar sobre claveles rosa, el ave que se arranca las plumas y se pinta de olvido. “Tú 13, yo 14…” Y me como el miedo de no verte, de ser olvido del pasado, me como a bocanadas la ausencia que siempre está presente. Y el ave ya no canta y los dedos sangran recuerdos sobre el teclado. Y mientras miramos la luna recostados sobre el fuego desgarrador de la arena, miro las estrellas caer de un cielo inventado. Y a lo lejos escucho el canto casi ahogado del ave amordazada y entre sus balbuceos resuena: “Tú 13, yo 14”. Huele a sal, a arena, a brisa infernal, a fuego en el amanecer. Huele a un amor alucinado. Y resuena como tormenta eterna: “Tú 13, yo 14”. Tan juntos y tan lejanos en un infierno de palabras.

 «Noviembre: Un cielo inventado»