Un cuaderno en la cintura
A Juan Gelman
Yo no sabía que aquel hombre era Juan Gelman
que los hombres como él cargan un cuaderno en la cintura
y que las hojas de ese cuaderno estarían llenas de su letra
lo vi cruzar con la cabeza mirando al suelo
es decir al infinito
lo vi llegar a la esquina de Campeche y Atlixco
y dudé
dudé si sería quien yo pensaba
entonces salí corriendo con la ansiedad florida de un niño
y le pregunté «¿usted es poeta?»
me miró con sus ojos dolientes de tan vivos
(después supe que no eran sus mejores días)
«sí me llamo Juan Gelman»
«yo también me llamo Juan»
me arrojó un relámpago dormido y me dijo
«no dejes de escribir»
y siguió su marcha mirando al infinito
es decir al suelo
regresé al umbral del hotel y me planté frente a los huéspedes
atención, atención yo gritaba atención
yo no sabía que un hombre deseaba ardientemente la Revolución
yo no sabía que un hombre deseaba violentamente a una mujer
yo no sabía que volaba locamente por el techo del mundo.