Monotonía
Esta esperanza que despierta
y se pierde entre remolinos de aves
que manchan el crepúsculo desnudo.
Se pierde en la vuelta a casa,
pretende encontrar algo divino.
Recibe unas cuantas monedas
por un poco de sangre.
Esta esperanza es una deuda,
una deuda sin nombre;
alimentada de migajas
dejadas por el ayer.
Recoge los recuerdos
y los sueños de bolsillo
desgastados en el sacrilegio de una excusa.
Esta esperanza se ha perdido
envenenada por compasión
en las luchas constantes e instintos de gloria,
presagios nocturnos
y saetas que penetran la mente.
En la puerta he escuchado
el golpeteo de su aliento.
Le vi sangrar las rodillas,
sin estremecer mi alma.