亲爱朋友
(Qīnàipéngyo)
Solo morimos una vez
Con el silencio
también he caído
como cae todo cuando muere
en un único recuerdo o en los últimos pensamientos para siempre
Yo quiero pensar que él morirá conmigo, aunque no muera
pero había roto todas las entradas de mi pensamiento
¿Quién lo había contado?
fue un sueño así
realmente
el niño dormido
el sueño
Dijo un día, recuerdo, sé que estarán como las últimas impresiones
y no era yo el que soñaba
sino el sueño a la orilla del árbol
Morimos en todos y muchas veces,
así sucedió:
Murió con los perros del árbol sagrado.
No hay que perturbar a los muertos con el llanto
No hay que perturbar a los muertos con el llanto
No hay que generar emociones
porque el muerto está muriendo
¿Cuándo mueren, entonces?
preguntó el niño frente al pozo.
Murió mi amigo con el silencio de lo que muere al amanecer
-está enfermo
-ella no sabe
No, pequeña sabe muy bien que murió un perro,
Lo guarda en la memoria de su infancia infinita
Yo no lloré aquel día
olvidé su origen mortal
Tengo esto
esta sola existencia y una vida que solo me sirve a mí
Pero él murió
aunque su conciencia esté más allá de los asuntos humanos
nada puede hacer porque no tiene forma para existir
solo murió una vez;
También yo nací de padres mortales
¡Cuánto ya de que existo!
Me agoto
¿no habré existido nunca?
no existió tampoco junto conmigo lo que conocí
No es únicamente este cuerpo
también la conciencia lo que muere.
Existen tres árboles sagrados, uno es la higuera,
cuando algo muere hay que rendirle homenaje.
¿Quién ha muerto, o sería más acertado
preguntar: qué ha muerto?
¿Qué murió con él de mí?
¿Es la certeza de estar muerto el malestar
o la angustia de ya no afectar la vida?
¿Qué sucederá con los vivos?
Sin embargo, hoy ha muerto,
y no he escrito las palabras necesarias
para ser el niño que muere joven
es necesario ser el niño para la ceremonia
–repetirlas como la oración —
Soy el niño que muere joven
Soy el niño que muere
Soy el que muere
Él quedó en mi corazón
para morir conmigo
para que no muriera
Murió. Un pretérito siempre presente
o un pretérito continuo
¿será mejor afirmar está muerto que murió?
El instante en que nada queda
¿Después de la muerte?
nada ha dejado
No permanecemos muertos
lo que murió no puede estar muerto
Murió; él se murió
Pequeña lo recuerda como su único pensamiento
Él murió
Y en las palabras está su pregunta
¿no hemos aprendido a morir de otra manera?
Hoy ha sido la muerte
hoy tan solo ha muerto
Regresar es una promesa complicada
no sé si lo haré contigo
Conocí a la estrella que intentaba alcanzar la luna
y en cada intento fracasaba;
pero allí está, antes que ella, esperándola.
¿Si muero esta vida
quién habré sido?
Luego de los cuatro días
cada mortal se asienta en mis miembros
y el cuerpo es altar de las ofrendas,
pero también soy humano
me encojo y hundo.
Había afirmado que moriremos solos
porque solos nacimos
Y esa soledad no es comparable con la del huérfano
porque yo nazco
Es necesario retornar al niño
para experimentar todos los nacimientos
Es necesario retornar al niño
para experimentar todas las muertes
Temía morir solo porque solo pensaba en su muerte
había olvidado que también yo muero
El niño contó lo que había visto:
La mano de Miroku estuvo sobre su pecho.
Incluso Buda murió
¿Si prescindo mi muerte se tratará de mi vida?
¿Quién ha muerto con el niño dormido?
Yo quisiera morir para parecerme a él
o al recuerdo de aquel que morirá
para que yo lleve su nombre.
Han sido dos días del «si no muero»
dos también he sepultado
con la misma condición
Murió mi amigo
y su recuerdo duerme a mi lado
como si no hubiese sido nadie
como si hubiese muerto
Lo que ha nacido morirá
No trajo consigo palabras
aún no amanecía cuando nació
Las hojas caen
y el árbol del pensamiento se marchita
Yo olvido que ha sido
pero inevitablemente morimos
Lo siento apenas surge la disculpa de mi condición
no soy quien pensé
pero lo que conozco es constante
como el pensamiento
como este único pensamiento
de no y aceptar
porque es lo que puedo
Aceptaría que existo de esta manera
lo digo cuando pienso en los cuerpos que habitan
y en los que habitan
pero no he de resignarme
Soy lo que pienso
no lo pensado sino por el pensamiento
y no necesariamente
¿Quiero cambiar un punto de mi historia
con las palabras que no tengo?
¿Pero qué hizo él?
decir que hay un sonido inaprehensible
que circula
Algún día las hojas tomaron mi voz
y acepté
que tampoco tendría silencio
Nadie más podía ofrecer su corazón
él soñó la humedad de las hojas
y todo lo que ama murió un poco.
Semblanza:
López González Gladys Areli (28 de mayo de 1994, Tijuana B.C.), actualmente estudia en la Universidad Autónoma de Baja California campus Tijuana la Lic. en Lengua y literatura de Hispanoamérica. Por otra parte ha realizado algunas publicaciones de carácter poético en revistas independientes físicas y electrónicas (Espiral, Socializarte y Simulacro); además de haber publicado un poemario titulado Virgo en 2015 por la editorial Poiesis.