Palanquera
Carga su ponchera,
a Edith ya le duele
la espalda de traer tanta
fruta en la cabeza,
por tantos años.
Camina por la Plaza San Pedro
vacía de turistas.
Piña, caimito, patilla, níspero
y mango,
lo vende al extranjero que pasea,
sin compra,
no hay foto,
dice así la palenquera.
Desde temprano recorre
lejos de aquí la galería
para comprar su producto,
aquí tras la muralla, come,
aquí piensa en sus ocho hijos
que se cuidan solos,
aquí recuerda a su marido
que va al mar a pescar
en madrugada.
Edith vuelve por la noche
a casa.
Ya no baila como antes
con la porcelana encima,
ya no mueve sus caderas
al andar con su vestido colorido,
ella llega a casa
y se recuesta.
Duerme cansada,
hace años que no sueña.
Poema originalmente publicado en nuestra edición XIV.