Poema de Ernesto Tancovich

juana

 

 

la estremece el rugir de motosierras

un árbol se desploma con ruido de lluvias

crujido, golpe seco

 un revoloteo de hojarasca

y otro árbol, íntimo, se le quiebra en sollozos

lo que ve hiere su mirada

la selva devastada

una banda de loros en vuelo atolondrado

que no halla dónde posarse

lejos de ella y de todo, apoltronado en la galería

tarzán sonríe tontamente

el bungalow navega hacia un puerto de ruinas

de a ratos ensaya el antiguo grito

afónico, desafinado, no logra completar la frase

un alzheimer incipiente, dijeron

está cada vez más gordo, tiene ataques de ciática

a veces lagrimea

meses atrás el profesor finlander se disparó un escopetazo en la boca

a tantor lo abatieron cazadores de marfil

swali emigró con los suyos al arrabal de una ciudad emponzoñada

lleva clavados juana los aguijones del ultraje, el despojo, el asedio

los ojos por defenderla se le nublan, el borrón

retiene historias añejas

del tiempo en que tomados de las lianas volaban

de un árbol a otro y de ese a la laguna

el splash, las risas

aquellos chapuzones gozosos

hoy nadie se interesa en películas nuevas

los cómics han dejado de dibujarse

los derechos de las novelas son de dominio público

una vez por semana se detiene la camioneta de asistencia social

hacen preguntas, les miden la presión

aconsejan menos harina, menos grasa, poca sal

les entregan una bolsa de víveres

con mucha harina, medio kilo de sal, un bloque de grasa

y parten

dejándolos un poco más solos

 

Semblanza:

Ernesto Tancovich. Supongo que el escribidor es el lector que un día decide leerse. Mi historia es ante todo la de mis lecturas. Comics de los 50,  y Verne, Salgari, las policiales. Luego, con los años, mucho de lo demás, en tumultuoso desorden. Bordeando mis 70 me asomo al espejo de la escritura.  Antecedentes,  pocos y de estos meses. Un tercer premio de microrrelato y publicación  de la Universidad de Tucumán,  una de las dos menciones del Premio Provincia de Córdoba, por mi libro El niño stalinista y publicación en Apología 3, de ediciones Letras del Sur. Casi todo lo que llevo escrito está inédito o en proceso. Me declaro, entonces, autor cuasi póstumo. Y colorín colorado.