Poema de Erik Borruel Rodríguez

Regresan los muertos

 

Regresando de esa terrible casa de espantos que es el exterior que es la vida

una mujer tras un biombo se despoja de su vestido brillante

biombo terriblemente rojo, apasionadamente rojo

deleite pictórico entre las tintas manchas de las paredes y las piernas blanquísimas.

Un clic clac sordo de tacones en descanso sirenas gimiendo

hambrientas en la calle frente al edificio

las marinas juegan acariciando su lustrosa cabellera en pequeños oasis bajo las lámparas

las otras, estruendosas resuenan con eco de ciudad vacía.

Desesperados hombres azules tras un volante buscando el agujero en un corazón.

El herido en el suelo, con una llaga que le atraviesa el pecho

y se desliza la serpiente terrible por sus axila hasta la espalda hasta los glúteos.

El biombo tirita y la madera de sus patas, de su cuerpo

se hincha de lágrimas del fantasma tras él.

Hombres verdes corriendo tras escarabajos fúnebres iluminados por Mercurio

condescendiente evocando a la muerte lenta, que se arrastra

como la serpiente que abraza como lo total oscuro,

borrando las líneas de arte callejero, arrastrando la mierda en un río de basura y amor.

Muros abajo y el polvo, la locura y el polvo, arriba un polvo denso/lento

el vestido brillante cayendo de las piernas blancas tras la cortina

en la habitación estrellada.

Bombas amarillas en el trance eterno

suspendidas

de aquel que contempla de cerca muy cerca el último hálito

el viento vestido radiante.

El herido no es más un herido sino la llaga en la tierra, negrura de dedos

la mancha de vino derramada en el suelo que besa un infante.

 

 

Semblanza:

Erik Borruel Rodríguez (Guadalajara, Jal. 1996) es estudiante de la Licenciatura en Letras Hispánicas en la Universidad de Guadalajara. Es narrador, y publica sus textos en diversos medios electrónicos.