Poema de Dora Méndez

La carta de agua

 

Días dormidos

noches en vela

cada instante

un minuto, un segundo

interminable

sin  voz.

 

Solo silencio,

abandono y

ausencia.

 

Cuando llegó la  carta

ilegible

cristal

mojado por la lluvia

donde las líneas

se desmayaron

en  húmedas palabras.

 

Supe entonces

que mis ojos

también eran de agua

e irremediablemente ciegos.