Poema de Diego Morán Díaz

Encuentro en la Sierra  

Me vine al hogar de las huilotas   

porque me dijeron que acá vivía el compartir.  

Disque acá se escucha el revoloteo de los actos 

de ramas trenzadas desde antes, por palabras. 

Según eso hay gorjeos insospechados.  

Aquí dicen que allá uno se despeña  

gozoso en la sierra cálida  

sonriendo porque hay maleza donde ser  

sonriendo por que se elige amar.  

Porque por un instante el trueque es eterno.   

Y yo les hice caso y yo nos digo si   

porque los tlacuaches compartieron un fuego.  

Y creo que no era de inteligencia, si no de emoción  

emoción robada para los que no son solo uno  

emoción que se acicala en la noche tropical.  

Porque donde nací los otros son vertedero,  

los otros se encajan como megalitos solitarios 

aun estando acompañados.  

En cambio, acá, me dijeron que chapotean los cuerpos  

erguidos a los vientos que se atraviesan chocando. 

Y que, en la espesura anhelada, no se toma en cuenta   

 si adecuadamente se tocan los cóncavos y convexos.  

 Porque somos el ruido bien grabado de lagartija escapando hacia el nunca   

 sobre las piedras que se encuentran para estar por siempre sin estar  

 sobrepuestas y asoleadas.