Poliéster
Ni el gusano de seda,
ni el pelaje del cordero indefenso,
ni los hilos de algodón,
resistirán los mil años que perdura el polímero.
El dacron, por ejemplo,
te expone al frío como el nitrógeno líquido
y atrae al sol como el capote de ira
y el ácido al hombre vacío.
Sin embargo, esta materia, el dragón,
da alas a los celos de serpientes.
Los colores del poliéster,
como la pólvora y el papel,
los inventaron en China
y sus fibras las lleva el hombre de la Luna.
La naturaleza se postra durante mil años
ante el poliéster.
Es más probable,
cara o cruz,
que antes tu fiel alma se llene de amargores
o de almíbar;
ambos, cara o cruz,
vuelven el alma de asbesto.
El poliéster perdura,
la naturaleza no importa,
la vida es breve.