Poema de Damián Jerónimo Andreñuk

Espadas amarillas

Mi mejor alimento lo extraigo de mis profundidades

carcajadas que retumban en la muerte

y una furia tan intensa como irreprochable

cada pastilla lágrima tequila

cada trabajo que no vale el esfuerzo

porque toda muchedumbre idolatra la banalidad

sabor a estupidez perniciosa

a estupidez que envilece

a prostituta ensimismada

y cuerpos mezclados tendidos sobre el lecho

en la danza del placer sin horizonte

sabor a mariposas en orgía

a una isla donde el sol y la embriaguez

a un cáliz donde el vino y lo sagrado

hay un odio gigantesco en forma de tormenta

personas cuyo sueño es ver que todo arda

—no hablo del dolor con quien lo desconoce—

hay recuerdos devorados por las ratas

y otros que se arraigan en el corazón

cuando la angustia nos envuelve para siempre

                                     de espadas amarillas.