Poema de Cielo Dafne Vargas Meza

Silencio Póstumo

 

Peritonitis agravada.

Tímpano a reventar.

Sentí que la muerte me visitaba.

Miento, antes de eso dejé de vivir.

 

Las huellas que dejé atrás

Fueron regadas con escupitajos

Lodo resbaloso, camino sinuoso.

 

Volé cincuenta y siete veces

Me abandoné, lo sentí

Mis pies se despegaron de la tierra

Débil, mis piernas languidecieron

 

Desesperado, mi rostro no pudo más

Estalló en múltiples figuras.

Quise dar batalla, más nunca pude

Mis agallas se desplazaron al infierno.

 

Perdí pie, perdí camino.

Vagabundo sin destino.

Sentí que la muerte me visitaba.

Miento, antes de eso dejé de vivir.

 

Un zumbido se propagó.

¡La muerte! Afirmé con susto.

Miento, era el sonido del transporte colectivo.

La flaca hosca se olvidó de mí.

 

Mareo nauseabundo y melancólico.

Mis pies se despegaron de la tierra.

Vi cincuenta y siete veces lo mismo.

Evaporé aquella reminiscencia.

 

Hormigueo facial, falsa alarma.

El rostro se me desfiguraba.

Lancé una alabanza.

Miento, antes de eso abandoné mis plegarias.

 

Quise gritar con furia.

Por poco me ahogo.

Alguien robó mi voz.

Miento, antes de eso me quedé mudo.

 

¡Aquí nada nunca! Pienso.

Mi oración no tiene sentido, pero esconde verdades.

Mi cuerpo sufre un espasmo total.

Miento, antes de eso dejé de vivir.

 

 

Atisbo de vida, maldita enfermedad.

Me procuré una alegría.

Medio orgasmo.

Miento, destrocé mis falanges casi mis venas.

 

Que susto la muerte, la máxima aspiración.

Miento, su anatomía es una bendición.